Profundo pesar en la Diócesis de Zamora por el fallecimiento de Javier Prieto Prieto, sacerdote natural de Fuentesaúco que fue ordenado el 22 de febrero y que apenas tres meses después ha perdido la vida a los 38 años. Su muerte, inesperada, ha provocado una honda conmoción en los ambientes eclesiales y culturales de la provincia, donde era una figura muy querida.
Aunque su ministerio sacerdotal fue breve, quienes le conocieron destacan su entrega total, su vocación serena y su profundo amor por la Iglesia. Prieto comenzó su andadura pastoral como presbítero en las parroquias de Toro y su alfoz el pasado mes de septiembre, tras un largo camino de formación que había compaginado con otras tareas pastorales y educativas.
Nacido en Fuentesaúco, Javier pasó parte de su infancia y juventud fuera de la provincia, en Santiago de Compostela y Madrid, donde se licenció en Derecho y Administración de Empresas. Tras unos años en el sector de la consultoría financiera, sintió la llamada vocacional y regresó a su tierra, donde se implicó activamente en la vida parroquial y cofrade de su localidad natal.
Desde 2011 mantuvo una vinculación creciente con la vida diocesana, especialmente a través del grupo de jóvenes cofrades y su participación en los actos previos a la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid. Fue entonces cuando empezó a madurar su vocación, hasta ingresar en el Seminario Mayor de Zamora. Cursó sus estudios teológicos en la Universidad Pontificia de Salamanca y en el Teologado de Ávila, prestando servicio pastoral como seminarista en parroquias de la capital, Benavente y la zona de Sanzoles.
Ordenado diácono en marzo de 2023, ejerció su ministerio en Aliste y en diversos colegios, y continuaba ampliando su formación con una licenciatura en Teología Dogmática. Había asumido también tareas en el ámbito de la comunicación de la diócesis.
La noticia de su fallecimiento ha causado una honda impresión por la cercanía de su ordenación y por el testimonio de vida que dejó: una vocación tejida entre el compromiso, la búsqueda intelectual y el amor por el patrimonio y la cultura.