Villalpando ha vivido este Domingo de Ramos con una profunda emoción y participación popular, dando comienzo a su Semana Santa con la tradicional Procesión de Ramos, encabezada por la imagen de Jesús en la Borriquilla.
Una escena cargada de simbolismo cristiano que ha recorrido las calles de la villa acompañada por el fervor de sus vecinos y, especialmente, por la presencia entusiasta de los más pequeños.
A las 12 de la mañana, desde la iglesia de Santa María La Antigua, se abría el cortejo procesional tras la salida de los niños y niñas cofrades ataviados como hebreos, que precedieron a la bendición de los ramos. Un acto lleno de espiritualidad y alegría, en el que la comunidad villalpandina se dio cita bajo un espléndido sol primaveral.
La imagen de Jesús sobre la borriquilla fue escoltada por cofrades en un itinerario que abarcó algunos de los rincones más emblemáticos del municipio: Plaza Santa María, Solana, Plaza Mayor, calle Real, Plaza de Las Angustias, San Isidro y llegada final a la Iglesia de San Nicolás. Todo el recorrido estuvo marcado por una atmósfera de recogimiento y alegría, donde la música, los cantos y el agitar de ramos dieron forma a uno de los momentos más entrañables de la Semana Santa local.
La procesión de La Borriquilla en Villalpando no es solo el inicio de los actos pasionales, sino también una forma de implicar a las nuevas generaciones en la tradición cofrade, sembrando en ellas el respeto y la vivencia de una herencia que se transmite de padres a hijos.
Con este acto, Villalpando abre oficialmente su Semana Santa, una celebración donde la fe y el pueblo se funden en cada paso, y donde cada jornada se convierte en un testimonio vivo de devoción y cultura.
