Las festividades penitenciales comenzaron a las nueve de la noche en las naves de San Juan Bautista, donde los fieles se reúnen para participar en la Eucaristía y en el sacramento de la penitencia. Tras la liturgia, la Cofradía del Ecce Homo sale a las calles, aunque este año, debido a la constante amenaza de lluvia, solo los cofrades llevaron a cabo la procesión, dejando la imagen del Ecce Homo resguardada en la iglesia.
Uno de los momentos más conmovedores de la procesión del Ecce Homo es la oración en la Plaza Mayor. Desde el año 2009, este pequeño acto ofrece a los participantes un momento de reflexión, mientras el rostro expresivo del Ecce Homo dirige su mirada hacia la luna, símbolo de los días de Pasión, y hacia la torre de Santa María, emblema de la ciudad. Este año no pudo ser por la inclemencia climática.

La medianoche marca el inicio de la procesión del Silencio, organizada por la Cofradía del Cristo de la Agonía. Este desfile, caracterizado por el rojo sacramental de los capirotes y la imagen de Cristo levantando sus ojos al cielo en su agonía, atrae a un gran número de fieles que, bajo la promesa de guardar silencio, recorren las mismas calles que la procesión del Ecce Homo. Sin embargo, este año, la lluvia privó a los saucanos de esta emotiva procesión, que tuvo lugar en el interior de la iglesia.

A pesar de las adversidades, la Semana Santa en Fuentesaúco sigue siendo un momento de profunda religiosidad y conexión espiritual para la comunidad. Las tradiciones se adaptan, pero la devoción y el compromiso con la fe permanecen intactos, recordándonos que, incluso en tiempos difíciles, la esperanza y la espiritualidad continúan siendo pilares fundamentales de nuestras vidas.