El momento más destacado del Espíritu Santo: 44 años de cánticos para un Viernes de Dolores

El coro de la Hermandad Penitencial lleva proclamando la Pasión en el atrio de la Catedral en un acto de recogimiento, devoción y suma austeridad

Se trata de una tradición con 44 años de historia únicamente interrumpidos por la pandemia del Covid

Proclamación de la Pasión de nuestro Señor en el atrio de la Catedral de la cofradía del Espíritu Santo
photo_camera Proclamación de la Pasión de nuestro Señor en el atrio de la Catedral de la cofradía del Espíritu Santo

El ecuador de la procesión del Viernes Santo en Zamora adopta un tono de suma austeridad en el que el fervor más castellano se torna en recogimiento ante los cánticos monacales del coro de la Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo del Espíritu Santo. El acto de proclamación de la Pasión a nuestro Señor constituye el acto central de una procesión con punto de partida y retorno en la iglesia homónima. 

Una celebración en la que los hermanos se disponen en fila a lo largo del atrio de la Santa Iglesia Catedral para ser testigos del canto y devoción a la imagen titular a través de las voces de los hermanos que interpretan el "Christus Factus Est" de Miguel Manzano. Toda Zamora entorna su mirada hacia el templo catedralicio en un acto en el que el coro y la imagen gótica del siglo XIV -la más antigua de nuestra Semana Santa- se erigen como los absolutos protagonistas. 

Y es que aunque la hermandad cuenta con un coro propio desde 1976, no fue hasta el año 79 cuando incorporó a su repertorio dos obras vocales expresamente compuestas para el desfile y el acto en el acto penitencial en la Catedral. Las notas del "Christus Factus Est" ceden el testigo al <"Cruz Fidelis" aprovechando el alto que la hermandad celebra y que conforma uno de los momentos más apasionantes del recorrido con 44 años de antigüedad únicamente interrumpidos por la pandemia del Covid. 

El "Cruz Fidelis", (Antífona e himno de la Misa de los presantificados - Viernes Santo), es un himno escrito en honor a la Santa Cruz, que según la tradición fue escrito por Venancio Fortunato, obispo de Poitiers, en torno al año 600. Fue musicada por Miguel Manzano -Hermano de Mérito desde el año 2018- en tonalidad menor.

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