miércoles. 24.04.2024
La imagen del "5 de copas" al inicio de la procesión | Imagen de archivo Zamora News

Antes de que las seis parejas de hermanos, desde sus casas, sacaran sus cornetas y sus tambores para llamar a una procesión que no se iba a producir, Ángel, que había sido el último en llegar, avisó a Atilano que debe ser el jefe allí arriba. Vamos, hermanos, hay que convocar a todos los congregantes. Y allí, sonó, puntual, como cada Viernes Santo, un Merlú que nosotros no escuchamos pero que convoca a miles de hermanos a las puertas de San Juan.

Suena Thalberg por miles de rincones de la ciudad. A la batuta el maestro Haedo y José Aragón le habla a los suyos: ¡Atentos, levantamos! ¡Una, dos y tres! Ya está Jesús camino del calvario bailando en un San Juan repleto de almas. Nadie quiere perderse este momento. Se oye un estruendo.

Fuera, una banda gigante de cornetas y tambores toma la Plaza Mayor. La arrancada se oye en toda la provincia como el ruido de un cañón. No hay un solo rincón que pueda quedar ajeno esta madrugada.

Ya camina La Caída. Este año va por Amable. Se ha acercado Eduardo, acompañado por Miguel, a llevar a su Redención. No falta ni un "Mario", pañuelo verde al cuello, hombro con hombro. Ahí están don Ramón, Mariano e Hipólito viendo pasar la procesión. Se empieza a hacer de día.

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La gubia de Antonio Pedrero tuvo que despedirse de su madre mientras firmaba el nazareno que cada Viernes Santo desfila en su honor. Ya trae un paño húmero toda la ciudad que hoy es La Verónica.

Uno a uno los pasos se colocan en el crucero para que pase La Soledad. Este año vamos dos más, Alfredo y Nachete. Que camine hermanos, antes de la Plaza Mayor, fondo. Los del medio fuera.

Suena Thalberg durante toda la mañana y las cruces se ponen en alto. ¡Salud para el año que viene, hermanos!

El Merlú de (un) Ángel