A las doce y media llegaron al paraje de la Alcobilla las vírgenes de la Peregrina y de la Virgen del Rosario procedentes de Barrio de Rábano y Rábano acompañadas de los gaiteros y de los Pendones concejiles.
Después de recibir la bienvenida por parte de los Pendones de la Virgen de la Alcobilla a través de movimientos de izado y bajada llamadas reverencias, toda la comitiva se colocó en formación delante del santuario para esperar a la Virgen de la Asunción de San Justo que ya esperaba fuera de la cerca para recibir de los anfitriones las correspondientes reverencias.
Las tres Vírgenes invitadas después de procesionar alrededor del santuario se dispusieron, entre reverencias por parte de los pendones, a visitar en el interior de la Iglesia a la Virgen anfitriona donde tendría lugar una misa solemne.
Al final del acto litúrgico las cuatro vírgenes acompañadas por cientos de sanabreses, gaiteros y pendones volvieron a desplazarse alrededor del templo y a la sombra de los castaños centenarios.
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