En esta semana de aquel año de 1506, el Castillo de Puebla de Sanabria se envolvía de gala para celebrar la inauguración de la Torre del Homenaje, recién terminadas sus obras de construcción, con la acogida entre sus muros de los futuros Reyes de España, Juana I de Castilla y Felipe de Austria. Y este sábado, para conmemorar tal visita, se presentó en el Salón de Actos del Castillo de la Villa el relato “La Reina Olvidada. La otra realidad de Juana I de Castilla”.
Su autora, Emi Llamas Morán, cuenta en dicho relato la difícil vida de “aquella pobre mujer que, pudiendo tenerlo todo, no tuvo absolutamente nada”. Desgrana en el relato la vida de la Reina Juana, desde su nacimiento y feliz infancia junto a sus hermanos en la corte castellana, hasta su triste muerte en el palacio-cárcel de Tordesillas. 76 años resumidos un en relato que nos cuenta los amargos momentos por los que atravesó la Reina Juana. Su accidentado viaje por mar con tan solo 16 años que la llevaría, lejos de su familia, a una corte desconocida, con un idioma desconocido y unas costumbres muy diferentes a las que la habían rodeado desde niña, donde se convertiría en la futura Emperatriz del Sacro Imperio Romano Germánico al contraer matrimonio con Felipe de Austria.
Sus años de soledad y aislamiento en la corte borgoñona donde su esposo urdía un plan para convertirse en futuro rey de las Españas con cada noticia que llegaba de Castilla, contando las desgracias que estaban ocurriendo en ella con los herederos al trono, y ya empezando a sembrar la teoría de que la salud mental de Juana no era tan buena como para gobernar tal Reino. Su anulación en los tratados acordados por su esposo y su padre, tras la muerte de su madre Isabel, que convertía a Juana en la única y verdadera titular del trono de Castilla, como asía hacía constar en el testamento de la Católica, y que padre y esposo se repartieron a su antojo sin incluir en la ecuación a la verdadera Reina.
Y, finalmente, sus años de aislamiento y encierro en Tordesillas, tras la muerte de su esposo Felipe, ordenados por su padre primero y por su hijo Carlos después, “de donde ya nunca volvería a salir. 46 años. 552 meses. 2445 semanas. 17.094 días. Encerrada a pesar de ser Reina”.
A la vez que el relato va contando su historia, en él su autora Emi Llamas, licenciada en Psicología, también va aportando pinceladas que, hoy en día, confirmarían la tendencia de la Reina Juana a sufrir depresiones (quién no las habría sufrido calzando sus zapatos) pero desmentirían la teoría sembrada por Felipe, su esposo, y Fernando, su padre, para desprestigiarla e impedirle se la Reina todopoderosa que podría haber sido y convertirla en la gran dominada, “LA CAUTIVA DEL PODER”.