Esta mañana, las sirenas sonaron en el Lago de Sanabria, un ejercicio preventivo llevado a cabo por Endesa para evitar tragedias como la ocurrida en Ribadelago hace más de medio siglo.
El Subdelegado del Gobierno en Zamora Ángel Blanco se ha reunido en Galende con el comité de planes de Emergencia de Presas del Sistema Moncabril. Más tarde ha asistido a una prueba que tiene como objetivo garantizar la seguridad de los habitantes y visitantes en caso de un desastre similar al de 1959, cuando la rotura de la presa de Vega de Tera, una infraestructura hidroeléctrica de la era franquista, acabó con la vida de 144 de los 549 vecinos de la localidad.
El recuerdo del fatídico suceso sigue presente en la memoria colectiva de Ribadelago. Cada 9 de enero, los sobrevivientes y sus familias rememoran el desastre que cambió sus vidas para siempre. La Asociación Hijos de Ribadelago ha compartido historias estremecedoras de supervivencia, como la de un niño de un año salvado por su padre ciego, quien logró subir al tejado de la única casa que no se derrumbó y permaneció allí hasta que pasó la riada.
La jornada de hoy en el Lago de Sanabria se desarrolló bajo un cielo despejado, contrastando con el oscuro recuerdo del 9 de enero de 1959. La prueba de sirenas busca ser un símbolo de prevención y preparación, asegurando que la comunidad esté mejor equipada para enfrentar cualquier eventualidad. La implementación de esta señal de aviso especial es un paso significativo para la seguridad de la zona, con la esperanza de que nunca más sea necesaria su activación en una situación de emergencia.
Endesa ha reiterado su compromiso con la seguridad y el bienestar de las comunidades cercanas a sus instalaciones hidroeléctricas. "Es esencial que estemos preparados para cualquier eventualidad. La seguridad de nuestros vecinos es nuestra prioridad", señaló un portavoz de la empresa.
La emotiva ceremonia de conmemoración, acompañada por el sonido de las sirenas, sirvió como un recordatorio de la resiliencia y el espíritu comunitario de Ribadelago. La localidad, marcada por la tragedia, continúa mirando hacia el futuro con esperanza y determinación, asegurando que las lecciones del pasado no se olviden.
