miércoles. 24.04.2024
Iago Ramos
Iago Ramos. Foto Ramón de Lózar

Iago Ramos, profesor de Educación para la Ciudadanía en la Escuela de Magisterio, ha logrado que en California se hable de Zamora. La historia comenzó precisamente en esa parte de Estados Unidos, cuando el periódico El País intentaba ponerse en contacto con la aplicación de mensajería Signal para entrevistar a su fundador, Moxie Marlinspike.

La sorpresa llegó cuando la compañía descubrió al periodista español el uso pionero de la aplicación en España, en una pequeña ciudad, Zamora, y en una clase de 70 alumnos. "Allí hay un profesor increíble que hace todas sus clases con Signal”, le aseguraron.

De hecho, la fundación californiana no conocía a nadie que diera clases con su herramienta, excepto a Iago Ramos, vigués y profesor de Filosofía de la Universidad de Salamanca, que imparte la asignatura de Educación para la Ciudadanía en la Escuela de Magisterio desde 2014.

Signal conocía la existencia de Iago y sus alumnos porque él mismo los había llamado. Para sus clases de Ciudadanía Digital había decidido dejar a un lado WhatsApp para los debates en grupo y utilizar Signal, aplicación de mensajería privada través de la que se comunican millones de personas en todo el mundo.

Su decisión tuvo que ver mucho con la cuestión moral. Asegura Ramos que "WhatsApp, propiedad de Facebook, ganaba dinero con el tiempo de mis alumnos y no me parecía ético". Signal, creada por una fundación no guarda "metadatos", es decir, no conoce nada de sus usuarios, ni su perfil, ni sus gustos ni el tiempo que pasan frente al móvil.  

Este profesor gallego y sus alumnos comenzaron, a través del aula virtual, a recopilar errores y dificultades de la versión de prueba. La repercusión fue tal que los responsables de la compañía en California escucharon las propuestas desde Zamora para perfeccionar la herramienta.

Pero para este maestro, la utilización de Signal es también una lección sobre competencias digitales en una sociedad en la que la brecha es cada vez mayor y en un país donde la formación tecnológica no es la mejor. Por contra, Iago Ramos saca pecho por el Campus Viriato, con unas instalaciones magníficas, con "espacio y luz", y unos alumnos "participativos y comprometidos".

Todo ello le permite enseñar lo más importante a sus estudiantes: curiosidad y pensamiento crítico. "La tarea es ayudar a reflexionar al estudiante, conocer la razón por la que tiene una opinión u otra y que aprenda a desarrollar ideas propias", apunta Ramos.

De 40 años y "viajado", como él mismo dice, Iago Ramos no cree que la universidad española esté "a años de luz de otras". En su opinión, falta más inversión en recursos humanos y más responsabilidad por parte de todos. "Cuando me preguntan si soy profesor por vocación les digo que no, pero cuando imparto clases asumo la responsabilidad de lo que estoy haciendo", recalca. Insiste que en España falla "la responsabilidad y el trabajo colaborativo y sobran complejos", aunque sosegado insiste en que el sistema educativo español "va avanzando poco a poco".  Considera que ayudaría un pacto por la Educación, "una política estable", sin reformas educativas dependiendo del color del Gobierno de turno.

Mientras eso llega, este profesor y sus alumnos dan ejemplo de como enseñar y como aprender a debatir a través de una aplicación que ofrece un alto grado de libertad para generar contenidos y organizar los diferentes ministerios de lo que los estudiantes llaman ya "Gobierno Iago". Un "Gobierno" que ha traspasado fronteras y ha recorrido de forma virtual 9.000 kilómetros de distancia, los que separan a Zamora y California.

Iago Ramos, el profesor gallego que dio a conocer Zamora en California