Detectar a tiempo el cáncer de colon puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Así lo demuestra el testimonio de Juan Manuel Bueno, un zamorano que en 2019 fue diagnosticado con un tumor colorrectal gracias a un cribado rutinario. Hoy, tras superar la enfermedad, insiste en la necesidad de que más personas se sometan a esta prueba preventiva.
Bueno comenzó a realizarse los cribados en 2017, como parte del programa de detección precoz dirigido a la población mayor de 50 años. Durante dos años, sus resultados fueron negativos. Sin embargo, en 2019 recibió un resultado positivo que lo enfrentó a una realidad inesperada: tenía cáncer de colon. “Se me cayó el alma encima, la vida te cambia totalmente”, recuerda.
El diagnóstico temprano fue clave. Recibió tratamiento con quimioterapia y radioterapia antes de ser operado y, tres años y medio después de la intervención, su evolución es favorable. En su última revisión, su oncólogo le confirmó que está en buen estado. “Estoy fenomenal. Hasta dentro de seis meses no tengo que volver”, afirma con alivio.
Su experiencia lo ha convertido en un firme defensor de la prevención. “A todo el mundo le diría que se hiciera la prueba, es lo más importante para tener la vida y el futuro”, sostiene. Su caso ha servido como ejemplo para su entorno más cercano: “Todos mis amigos se la han hecho”.
A pesar de la eficacia del cribado, en Zamora la participación en este programa sigue siendo baja. Apenas un 30-35% de las personas que forman parte de la población diana se someten a la prueba, un porcentaje que preocupa a los especialistas. La detección precoz es vital, ya que permite identificar el cáncer en sus fases iniciales, aumentando considerablemente las posibilidades de tratamiento y supervivencia.
El cáncer de colon es el tumor maligno más frecuente en España, pero también uno de los más prevenibles si se detecta a tiempo. La historia de Juan Manuel Bueno es un recordatorio de que una simple prueba puede marcar la diferencia.