viernes. 19.04.2024
La pequeña Paula posando con la bolsa que le realizaron sus compañeros y su profesora
La pequeña Paula posando con la bolsa que le realizaron sus compañeros y su profesora

Su deseo era “nuestro deseo”. El de que Paula, la pequeña de Moralina de Sayago, regresara a su pueblo, a jugar con sus compañeros de toda la vida y a regresar a su anterior rutina. Un sueño hecho realidad y que deja atrás diez meses de angustia para la familia desde que los médicos del Hospital Universitario La Paz de Madrid le detectaran un fallo del páncreas e hígado y que, sumado a su historial clínico, recomendaba someter a Paula a un trasplante multivisceral.

Paula arrastraba complicaciones de una anterior intervención en Valencia cuando, con poco más de dos años de vida, le detectaron un grave tumor que le dejó secuelas severas en el páncreas que derivaron en diabetes. Desde entonces, su familia ha lidiado una larga lucha que el pasado mes de septiembre volvía a abrir viejos temores.

Tras ingresar a la pequeña en el Hospital Universitario de Salamanca y requerir varias trasfusiones de sangre, los médicos acordaron derivarla a la UCI de La Paz donde finalmente le detectaron un fallo multiorgánico que aconsejaba un complejo trasplante de hasta ocho órganos, "todo al pack". Con una pandemia de por medio y ante la advertencia de una larga lista de espera ante la dificultad de localiza un donante de tal calibre, Paula no entró al quirófano hasta abril.

Detalle de la bolsa personalizada para Paula

Durante la espera y su estancia en el hospital, Paula ha contado con apoyos fundamentales: su familia, la de la Asociación Somos Nupa y sus fieles escuderos y compañeros de mañanas de lecciones y tardes de juegos. Del aula de Moralina surgió precisamente el proyecto “Nuestro deseo” que pretendía mandar un mensaje de esperanza y contribuir a la causa de Somos Nupa, que presta una ayuda desinteresada a familias afectadas por enfermedades graves.

Bolsas de tela adornadas por los propios alumnos con rotuladores, hilos de bordar, cuentas de colores y de cristal checo han servido para recaudar fondos por una causa de lo más cercana y que ha encontrado en los vecinos de Moralina la principal fuente de ayuda. “Imagínate cómo se siente Paula. Ellos han sido los que más han contribuido, primero elaborando las bolsas y, posteriormente, movilizando al pueblo para que las compraran”.

Un deseo que se ha traducido en 166 bolsas vendidas y 776 euros destinados íntegramente para Somos Nupa, cantidad que luce orgullosa a la puerta del aula. Los alumnos personalizaron dos de las bolsas con el nombre de Paula que viajaron hasta Madrid con La Paz dibujada y los deseos de los alumnos en forma de un diente de león. El envío que le hicieron llegar incluía además varias bolsas que personalizó la propia Paula para agradecer a los médicos, cirujanos y equipo sanitario su atención y cuidados diarios. “Son un equipo grande y estamos muy agradecidos porque se han volcado mucho con la niña y ella está muy agradecida”, señala su madre.

Los cuidados de los sanitarios de La Paz -entre los que se encontraba el médico José Luis Encinas, adjunto de Cirugía Pediátrica y natural de Bermillo- fueron cruciales durante los días que la niña permaneció ingresada en septiembre así como tras el trasplante y cuya recuperación se prolongó durante dos meses, fruto de varias complicaciones posquirúrgicas. También lo fue el apoyo de la directora de Somos Nupa, Alba, junto al equipo de voluntarios y psicólogos que estuvieron acompañando a la familia durante las quince horas de quirófano. Fueron ellos quienes también prestaron gratuitamente el alojamiento, muy cercano a las instalaciones del hospital. “Ten en cuenta que llegas perdida. Es Madrid y piensas, ¿qué vas a hacer? Una estancia larga no es viable en un hotel”.  

Detalle de una de las bolsas del proyecto

Anarbella aún recuerda el día que el teléfono sonó para anunciar la llegada del donante. Fue un 4 de abril. “Ya llegó. Lo esperas y quieres que llegue, pero a la vez no por la complejidad de la intervención”. Ello se sumó a una posterior intervención de estómago que alargó el postoperatorio y el alta hospitalaria que llegó finalmente el pasado 17 de junio y que permitió a Paula visitar a sus compañeros de aula en los últimos días lectivos.

Aún con la recuperación, Paula ha vuelto a su rutina en Moralina, paseando con la bici y repponiendo energías tras un proceso que no ha acabado con la ilusión de esta pequeña heroína. Un proceso del que Anarbella no puede más que dar las gracias en nombre de su hija a los sanitarios, sus salvadores, y a la Asociación Somos Nupa, con la que siguen contribuyendo con la venta de mascarillas y muñecos en la zona de Sayago.

Una bolsa y un deseo para Paula