viernes. 29.03.2024
El padre de Paula durante uno de sus paseos para conocer la arquitectura de la zona de Bermillo
El padre de Paula durante uno de sus paseos para conocer la arquitectura de la zona de Bermillo

Nacido en pleno confinamiento y a sólo un paso de convertirse en graduada en Arquitectura, Paula Escalero Canelas lo tuvo muy claro a la hora de elegir el tema sobre el que versaría su Trabajo de Fin de Grado, un proyecto que le habilita para conseguir el título. La arquitectura popular sayaguesa, más allá de la belleza singular y tradicionalmente reconocida por la gente de la provincia, también obtuvo el visto bueno de su tutor, otorgando a la joven la oportunidad de conocer todo el entramado de construcciones en piedra seca que han existido y aún perduran en su municipio.

Si bien Paula reconoce que decidió centrarse en la arquitectura popular de Bermillo “porque era la que más conocía de vista”, esta presenta características muy similares en el resto de la comarca sayaguesa. El trabajo, titulado “Paredes, paredones y casales en Bermillo de Sayago. Arquitectura Low Tech” deja poco a la imaginación de los que bien conocen la zona, pero abre las puertas al conocimiento de así como su proceso de construcción.

Un laborioso trabajo al que Paula se dedicó durante todo el confinamiento. Con apenas unos días antes para poder pasear por la zona con su padre –como buen conocedor de su tierra– y fotografiar algunas de las construcciones en las que ha basado su tesis, esta joven sayaguesa pasó los largos meses soñando con hincones, arrimaderos, coberteras y demás vocabulario que comprende el complejo entramado de cortinos y cortinas del paisaje sayagués.

Pared de piedra conocida en la zona como cortinas

La defensa de este proyecto le valió un merecido reconocimiento a la joven zamorana por parte del jurado, todos ellos reconocidos profesores y catedráticos de arquitectura de la Universidad de Valladolid. Un sobresaliente que sabe a gloria cuando surge en la intimidad del hogar, gracias a los consejos de su padre, los recuerdos de sus dos abuelos paternos y que cuenta, cómo no, con los tan apreciados consejos en esa zona del siempre querido y tristemente fallecido Jesús Santiago Panero, “Cuqui”. Todos ellos aparecen mencionados en el proyecto de Paula, sin los que este trabajo no hubiera visto la luz y no le hubiera inspirado.

Una de las construcciones que más espacio dedica Paula en su proyecto es el de las paredes, los tradicionales cortinos y cortinas, empleando la archiconocida en la zona técnica de la mampostería en seco y cuyos expertos en la materia a día de hoy desgraciadamente se cuentan con los dedos de la mano en la zona. También repara en los casales o casetas empleadas tradicionalmente por los pastores. “Me impresionó que después de tantos años de desuso, estas construcciones se mantengan en pie y en relativo buen estado de conservación. Realmente no están catalogados pero deberían porque se puede perder”. Al igual que los casales, arquitectura menos abundante en la zona pero que igualmente hizo en su momento de servicio a los pastores, especialmente para guarecerse del viento y de la lluvia.

Y es que Paula llega a pormenorizar en nada menos que una decena los casales ubicados a lo largo y ancho del municipio de Bermillo. Desde el casal de Las Olvidas pasando por el casal de Gandullo o la de Peña el Gato, el trabajo reconoce gracias a la documentación fotográfica y las reconstrucciones realizadas por la propia estudiante, el magnífico estado en el que se mantiene gran parte de estas construcciones, si bien este patrimonio como siempre se mantiene en riesgo de desaparecer si no se lucha por su adecuada conservación.

Casal Peña el Gato

Paula reconoce que este trabajo pretende poner “su granito de arena” para dar a conocer un poco más la arquitectura popular de la zona más allá de sus ejemplos más conocidos y que bien podría servir de base para impulsar el turismo rural dando a conocer este tipo de construcciones, amén de pontones y fuentes en los que también repara en su trabajo. “Me sorprendí mucho porque los paredones y los casales no sabía que existían hasta que me los enseñaron, así que seguramente a mucha gente le ocurra lo mismo tanto viva dentro o fuera del entorno rural”.

En poco más de 70 páginas, Paula hace un compendio de la arquitectura de la zona, perfectamente extensible a toda la comarca y que el lector puede visualmente reconocer en otras construcciones como los famosos chiviteros de Torregamones. Unas construcciones ampliamente defendidas atendiendo a la orografía de la zona -asentada sobre un batolino de granito-, el clima y la vegetación, todas ellas características imprescindibles para erigir esta arquitectura sayaguesa como ejemplo de la mampostería en seco, una técnica que, si bien no fue reconocida oficialmente por la Unesco, bien merece el título de técnica como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.  

La arquitectura popular de Bermillo: de mero paisaje a objeto de estudio