jueves. 25.04.2024

Alumnos del colegio de Muga de Sayago se reencuentran 40 años después y hacen una petición especial: ¡Qué se promocione el centro!, hoy casi vacío

Un grupo de 45 estudiantes de la Promoción de 1981 se reúnen y visitan las aulas en las que compartieron estudio, compañerismo, tareas y vivencias personales inolvidables

Todos coinciden en pedir que se vuelvan a revitalizar unas aulas que dejaron tanta huella en alumnos repartidos por toda España

Foto de Familia del encuentro en el colegio de Muga de Sayago. Fotos cedidas
Foto de Familia del encuentro en el colegio de Muga de Sayago. Fotos cedidas

Un 5 de octubre de 1981, un centenar de alumnos llegados desde distintos puntos de la provincia e incluso del país comenzaban Primero de BUP en lo que entonces era el Colegio Municipal Homologado de Muga de Sayago. Cuarenta años después, un 23 de octubre, "imposible cuadrar la fecha exacta", 45 de aquellos estudiantes "retrocedieron" en el tiempo y regresaron a las aulas en las que compartieron estudio, confidencias y vivencias inolvidables. ¡Esto solo nos pasa a los que hemos estudiado en Muga!, aseguran.

Eran otros tiempos. Recuerdan que España viraba del blanco y negro al color, se gestaba la entrada del país en la Unión Europea, las noticias llegaban con las ondas que pillaba algún radio-cassette, el periódico se podía ver en la Biblioteca y los alumnos de Muga tenían un televisor en la sala de juegos, con dos cadenas que ponían carta de ajuste y ajuste de sintonía manual. "Unos privilegiados", señalan, ya que en muchos pueblos no había señal de televisión y las ondas de radio llegaban mal.

"No le dábamos tanta importancia a los acontecimientos como a los resultados de fútbol o la lista de los principales éxitos musicales", comentan aquellos alumnos en el foro de Facebook que se creó para localizar a aquellos entonces adolescentes que comparten el mismo sentimiento: una gratitud enorme a los responsables de aquel colegio sin los que hoy "no seríamos los mismos", apunta Sonia Pérez, hoy residente en Madrid y en los años 80 vecina de Vezdemarbán.

Aquellos estudiantes representaban, como ellos mismos dicen, "la eterna pelea contra la discriminación" de los pueblos. Eran años en los que cuando se finalizaba 8º de EGB, Muga de Sayago era una opción con alojamiento asequible, en internado en la Residencia, muy austera, pero "con calefacción central y mucho calor humano" que suplía a la familia. Muchos se quedaban los fines de semana, mientras que los que vivían en pueblos más cercanos disfrutaban de los puentes festivos en casa”. "Había morriña cuando se llegaba y pasó a haberla al marcharse”, recalcan.

Aquella promoción ha vuelto a reencontrarse 40 años después. Cuenta Elías Martín, de Alcañices y uno de los promotores del encuentro, que la idea comenzó a gestarse antes de la pandemia, que paralizó el plan durante meses. Al final del verano de 2020, cuando mejora la situación epidemiológica y se suavizan las restricciones, el anhelo de volverse a ver es tanto que se fija una fecha y se empieza a apuntar la gente, "muchos desde muy lejos, con las restricciones laborales, familiares y demás...", relata Martín.

Y empieza la tarea. Se recopilan fotos de aquellos años y se difunde el reencuentro a otros alumnos de la promoción que pudieran estar interesados y no están en el grupo de WhatsApp creado hacía dos años.

"En 1981 entramos 104 en Primero y el grupo de chat cuenta ahora con unos 60 miembros", apunta el alistano, que pide disculpas a aquellos antiguos compañeros a los que no hemos podido localizar y que hubieran querido estar.

Y llegó el día. Previamente, algunas fotografías actuales permitían conocer a esos compañeros de pupitre que el paso del tiempo había hecho irreconocibles. Visitaron el colegio, pero las normas de prevención por el coronavirus que se aplican en la residencia y en el instituto, no "nos permiten interaccionar con los internos actuales", comentan.

Y allí se reencuentran con María Ángeles Fontanillo, la veterana trabajadora del instituto ya jubilada que fue secretaria, profesora y encargada del internado y que acudió a al cita a pesar de estar en silla de ruedas por una fractura de peroné. Allí también estaba Castro, continuando con la labor del fundador, el sacerdote José Luis Gutiérrez.

El encuentro tuvo lugar en las instalaciones del pabellón/teatro que pertenece al Instituto y que es propiedad del Ayuntamiento de Muga de Sayago. Pudieron visitar la antigua residencia de chicos, con varias reformas posteriores y ahora vacía, el colegio, donde siguen abiertas las aulas, la iglesia, el cementerio.... Algunos mostraron su respeto al fundador ante su tumba, una sepultura austera que define la vida que vivió este sacerdote, gracias al que cientos de adolescentes de pueblo con escasos recursos pudieron estudiar.

Colocados por mesas, durante la comida, con arroz a la zamorana en el menú, como no podía ser de otra manera, los antiguos compañeros se pusieron al día, mientras de fondo sonaba la música de aquellos años recopilada con el equipo de la Asociación de Mujeres.

Y llegó la hora de despedirse. Con foto de familia a las puertas del instituto y con la promesa de repetir la reunión sin dejar pasar otros 40 años.

Con  la emoción aún a flor de piel, los comentarios dejaban entrever lo que se había vivido en aquellas aulas cuatro décadas antes y lo que se había sentido hacía tan solo unos minutos.

Uno de los antiguos alumnos aseguraba desde Badajoz: “371 kilómetros, un paseo estupendo, para repetir una foto, para tener la sensación de que aún seguíamos allí”. Otro, desde Madrid, confesaba que ”mi viaje ha merecido la pena por volvernos a ver, ha sido un viaje en el tiempo”. Desde Vigo, Burgos, Asturias, Valladolid, Cáceres, Plasencia, Béjar, Ciudad Rodrigo, Salamanca, Palencia… Las risas y los abrazos inundaron Muga. "Me sentí como si fuera octubre del 81”, revela otro.

Todos coinciden en los cambios físicos que han experimentado, "Menos mal que rulan selfies y hay algunas fotos de recuerdo para comparar", bromea uno. "Pero el poso y la esencia de cada uno ahí sigue", remata otro.

Pero el viaje, para algunos, no terminó en Muga de Sayago. Una representación de antiguos estudiantes se trasladaron a Zamora para charlar en una terraza- café "con nuestro antiguo profesor de música y gramática, el también poeta Ángel Fernández Benéitez", que a pesar de sus limitaciones físicas no dudó en "compartir con nosotros los mejores recuerdos". Y con ellos, la profesora Pepa Ramos, que se conserva como si no hubiera pasado el tiempo.

Y rememoraron todas las canciones que "ensayamos en el coro que organizó según la tonalidad de nuestras voces cambiantes", afirman. Y añaden que el enfoque de las enseñanzas de aquel maestro en esa temprana edad les ha "marcado toda la vida".

Y el poeta les dedicó unas palabras: "Ojalá, Muga se reinvente para ofrecer ese plus que no se encuentre en otro instituto y pueda continuar". Todos asienten porque es lo que sintieron en aquellas clases de inicio de los años 80. "Muga nos dio lo que no nos daba otro lugar. La oportunidad de elegir y poder avanzar", coinciden con nostalgia mientras piden que se vuelva a revitalizar un centro que dejó tanta huella en alumnos repartidos por toda España. "¡Eso sucedió porque estudiamos en Muga!".

Alumnos del colegio de Muga de Sayago se reencuentran 40 años después y hacen una...