Zamora, paraíso de las garzas

El embalse de Tímulos y el entorno de Ricobayo, entre los enclaves más importantes de la Comunidad para la cría de garzas
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Zamora se reafirma como uno de los principales refugios de biodiversidad en Castilla y León. Así lo revela el último censo regional de garzas reproductoras impulsado por la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, que sitúa a la provincia como líder en número de parejas nidificantes de estas aves acuáticas. En total, se han contabilizado entre 173 y 189 parejas de garzas de cuatro especies diferentes repartidas en cinco localidades zamoranas, lo que representa casi la mitad de todas las detectadas en la Comunidad.

El seguimiento, realizado entre enero y agosto de 2024 dentro del Plan de Monitorización del Estado de Conservación de la Biodiversidad, ha puesto de relieve la notable importancia de enclaves como el embalse de Tímulos, en el tramo del río Duero a su paso por Toro, y las cercanías del embalse de Ricobayo. Solo en Tímulos se han estimado entre 85 y 95 parejas de cuatro especies distintas, convirtiendo este humedal en la colonia más importante de toda Castilla y León. Ricobayo, por su parte, acoge entre 33 y 39 parejas reproductoras.

El martinete común (Nycticorax nycticorax) es la especie más abundante en la provincia, con entre 81 y 89 parejas. Le siguen la garza imperial (Ardea purpurea), con 50 parejas, la garcilla bueyera (Bubulcus ibis), con entre 38 y 44, y la garceta común (Egretta garzetta), con una presencia más discreta de entre 4 y 6 parejas.

La diversidad de especies y la abundancia de individuos reflejan la buena salud ecológica de los ecosistemas acuáticos zamoranos. Las garzas, sensibles a las alteraciones de su entorno, actúan como indicadores del estado de conservación de los humedales. En este sentido, el informe subraya la necesidad de proteger estos enclaves frente a amenazas como la sequía, el deterioro de los sotos fluviales o la presión humana.

Aunque con menor protagonismo, la espátula común (Platalea leucorodia) también ha encontrado en Zamora un espacio para su reproducción. Esta elegante ave, reconocible por su pico largo y aplanado, inició su presencia reproductora en la provincia en 2016, cuando se detectaron varias parejas en una colonia mixta junto a martinetes, garcetas y cormoranes en una sauceda del embalse de Ricobayo. Posteriormente, se ha reproducido también cerca de las lagunas de Villafáfila y en graveras próximas a la ciudad de Zamora.

A pesar de su carácter irregular como reproductora en la región, la espátula continúa colonizando nuevos espacios, como lo demuestra el aumento registrado este año: entre 11 y 12 parejas repartidas en tres localidades de la Comunidad, lo que supone el mejor dato desde que se iniciaron los censos en 2006.

Castilla y León alberga ocho especies regulares de la familia Ardeidae, más una novena con presencia ocasional. En el conjunto de la Comunidad, el censo de 2024 ha estimado entre 335 y 362 parejas de garzas nidificando en 20 enclaves. Zamora destaca no solo por la cantidad, sino también por la diversidad de especies presentes.

Los técnicos responsables del estudio —agentes medioambientales, celadores y personal técnico de los Servicios Territoriales y de la Fundación Patrimonio Natural— subrayan que este tipo de seguimiento permite conocer las tendencias de las poblaciones y actuar con criterios científicos para su conservación.

En el caso de Zamora, la información obtenida no solo permite valorar la importancia de enclaves ya conocidos como Tímulos o Ricobayo, sino también descubrir otros espacios de gran valor ecológico que podrían pasar desapercibidos sin esta labor de campo.

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