Los embalses de la provincia de Zamora se despiden del mes de agosto tras sufrir el efecto de las cuatro olas de calor estivales. Si bien no con la intensidad que han sufrido los pantanos del Sur y Levante, la situación no deja de ser preocupante al continuar marcando una tendencia a la baja en buena parte de las cuencas analizadas.
Es el caso de la Cuenca del Duero que se sitúa esta semana al 46,5% de su capacidad, lo que implica unas reservas totales de 3.494 hectómetros cúbicos de agua, pero que vienen a representar 20,11 puntos por debajo del nivel medio registrado en la última década, cuando se rebasaban los 4.300 hm3. Una tónica común en buena parte del mapa nacional donde únicamente se mantienen sin variaciones las reservas internas del País Vasco.
En concreto el nivel de los embalses de Zamora se sitúa al 57,6% de su capacidad, casi un punto y medio por debajo de lo anotado hace una semana, mientras que la reserva hídrica en el conjunto de la Cuenca del Duero ha descendido casi dos puntos en el mismo periodo de tiempo.
A nivel provincial el más afectado es el embalse de Cernadilla que en los últimos siete días pierde un 4,3% del agua embalsada hasta situarse al 40% de su capacidad con apenas 102 hm3. Mejor situación refleja el pantano de Villacampo cuyas reservas bajan un 1,5%si bien se mantiene por encima del 92% al perder apenas un hectómetro cúbico de agua desde el pasado martes, mientras que el de Ricobayo se deja poco más de un punto para situarse al 53,28%.
Los embalses de Castro y Valparaíso no registran variaciones o suben ligeramente medio punto -en el segundo caso- para situarse rozando el 90% de capacidad mientras que el de Almendra, fronterizo entre las provincias de Zamora y Salamanca, cae una décima y a día de hoy alberga un total de 1.186 hectómetros cúbicos de agua, esto es, el 44,7% de su capacidad total. Ello se traduce en 20,3 puntos por debajo del nivel marcado en esta época del año en los últimos diez años que se sitúa por encima del 67%.
