Con la llegada de las bajas temperaturas, pocas cosas representan mejor la esencia del invierno zamorano que la tradicional manta zamorana. La manta zamorana es más que un objeto textil: es un símbolo de Zamora y un testimonio de la historia de su industria. Fabricada con lana 100% de oveja, esta prenda destaca por su capacidad para conservar el calor de forma eficiente y ligera. Sus características y diseño, marcados por las rayas en tonos rojo y verde de la Seña Bermeja, han acompañado a generaciones de zamoranos desde su creación.
El desarrollo de la manta zamorana está estrechamente relacionado con la historia del barrio de La Lana. Este enclave nació en el siglo XI, cuando la ciudad fue repoblada tras las incursiones árabes. Un grupo de palentinos asentados en los arrabales impulsó la industria del hilado y tejido, aprovechando la posición estratégica de Zamora en la ruta de la lana que conectaba Extremadura con Valladolid.
La producción de estas mantas, en un principio orientada a satisfacer necesidades prácticas, evolucionó con el tiempo. En épocas pasadas, las mantas eran utilizadas por arrieros y agricultores como protección contra el frío, gracias a su diseño funcional y materiales resistentes.
Actualmente, la manta zamorana ha pasado de ser un abrigo esencial a convertirse en un elemento decorativo. Es habitual encontrarla en los hogares zamoranos adornando sofás, camas o paredes.
Asimismo, también podemos ve la manta zamorana en la cultura. Autores como Ramón de Campoamor la mencionan en sus obras. En su poema 'El tren expreso', hace referencia a sus colores y detalles. Otros escritores, como Federico Acosta Noriega y Ramón Gómez de la Serna, también han incluido a la manta zamorana en sus textos.
Hoy en día, las mantas zamoranas aún se comercializan en algunos establecimientos de la provincia. Aunque su función principal haya variado, sigue siendo un símbolo identitario de Zamora. Para muchos, poseer una manta no es solo tener un objeto práctico o decorativo, sino también formar parte de una historia que continúa tejiéndose con cada generación.