
Este colectivo el que genera la economía silver de la que tanto se habla y se intenta promover, no ha tenido el reconocimiento esperado o al menos no en los centros con los que este diario a tenido contacto y son más de cinco.
Los abuelos de nuestra provincia han tenido que ser evacuados en este verano en varias ocasiones y tanto los transportes colectivos como los receptores en las diferentes residencias de la provincia acudieron en masa a la llamada de la solidaridad y de la ayuda desinteresada, otra cosa es el agradecimiento.
Si los equipos de emergencias hicieron su cometido también el colectivo de las residencias echó el resto en una situación de máxima tensión y en muchos casos de caos organizativo. Las evacuaciones de grandes poblaciones como pudo ser Tábara también supuso un aumento en las residencias de la comarca y aledaños, los centros de mayores tuvieron que acoger a abuelos que por sus problemas de movilidad no podían ser trasladados hasta Zamora o Benavente.
La provincia se volcó y a la llamada desesperada de un colectivo como el de la asistencia a los mayores ( auxiliares, técnicos en geriatría, personal de enfermería, médicos, directores, etc) ante la posibilidad de que se quemaran los centros, fue total. Autobuses llegaron a la zona como hormigas intentando sacar de las poblaciones a los que tenían problemas tanto de movilidad como de transporte por no tener automóvil o ya no estar en edad de conducir.
El caso es que el colectivo que genera la mayor carga de trabajo y de asentamiento laboral y poblacional de la provincia de Zamora no ha tenido reconocimiento claro y manifiesto, desde aquí nuestra gratitud y felicitaciones ante tanta solidaridad desinteresada y también no reconocida por las instituciones que en principio llamaron a "maitines" para salvar una situación de la que la responsabilidad siempre parece ser de otro.
También anotar que cualquier incendio o desgracia en cualquier edificio o residencia de mayores que tenga dos o más alturas puede suponer un grave problema a la hora de la evacuación de ancianos, ya que los bomberos de la provincia no poseen vehículos en altura como sería deseable. Una provincia que sigue en épocas pasadas con economías Silver, gallinas de huevos de barro si no cuidamos primero la integridad de los mayores con hechos reales.
Las ayudas para estos centros no llegan ni desde la JCYL ni desde el estado y desde los municipios poco se puede hacer, las reivindicaciones de un colectivo clave como el del personal de las residencias de nuestra provincia no se colocan entre las más acuciantes, son de las de conformar oír, ver y callar, otro claro ejemplo de políticas basadas en otros tiempos que nada tienen que ver con la realidad de una provincia que adolece de vista a los mayores, los que nos enseñaron a salir adelante.