Fallece una anciana usuaria de la Residencia Virgen del Rosario del Puente de Sanabria en el Hospital Virgen de la Concha

Una nueva defunción por COVID-19 en la provincia y que pasa a engrosar la fatídica estadística de la pandemia se ha producido hoy. Es el fallecimiento número 100 de todos los registrados en el Hospital Virgen de la Concha.

Esta vez se trata de una anciana usuaria de la residencia del Puente de Sanabria y natural de Cervantes de Sanabria, y que aunque en principio y las informaciones eran que los ancianos que se habían trasladado al Virgen de la Concha estaban estables, claro es tras el fallecimiento de esta anciana, que no había mucha estabilidad ni certeza en las afirmaciones. La asintomatología en este tipo de personas puede cambiar de un momento a otro ya que son personas normalmente con complicaciones que ya de antemano padecen y suelen ser crónicas, diabetes, alzheimer, y/o enfermedades neuro degenerativas y compatibles con la vejez, dolencias crónicas que ayudan a que sus patologías se mezclen con una infección respiratoria como la que provoca el COVID-19 provocándoles las temidas neumonías bilaterales que les llevan al fallecimiento.

Esta mañana de sábado una ambulancia de SVB recogía en el Puente a otra persona para hacer un nuevo traslado e ingresar a la afectada de la Residencia Virgen del Rosario en el Hospital Virgen de la Concha. 

También se espera el fatal desenlace para otra de las ingresadas en el Virgen de la Concha y usuarias de la Residencia del Puente puesto que con 95 años, con COVID-19 aunque asintomática y una cadera rota no habrá mucho que hacer por la mujer salvo esperar su fallecimiento que sus propios familiares ya asumen con tristeza. 

Entre tanto en la Residencia se han practicado varias revisiones "in situ" los días 2, 3 y 8 de septiembre y consta que al menos ha habido 4 revisiones de profesionales de la Sanidad, (ayer mismo el equipo COVID del HVC), desde que se inició el brote, también desde que se dio la voz de alarma por los positivos, se han contratado a 14 personas más dos trabajadores cedidos de otras residencias del grupo y se ha desinfectado el centro tanto por dentro con una empresa privada como en el exterior por parte de la Diputación de Zamora.
También se ha contratado el servicio de comidas de los residentes y es la empresa zamorana Catering Luz, la que da de comer a los ancianos en estos días, en los que también se ha tenido que contratar un servicio especial de lavandería puesto que el servicio de cocina y de lavandería también son positivos en COVID-19 y están en cuarentena.

Si se hubiera cumplido el protocolo que marcaba en su momento la JCYL y que estaba en vigencia en el momento de conocimiento del brote la residencia tendría que haber sido intervenida si o si, puesto que todos los empleados al haber mantenido contacto con los residentes y con los compañeros infectados tendrían que haber sido sustituidos y puestos en cuarentena. Desde ayer la Residencia se mantiene en una estabilidad relativa si bien cualquier salida de una ambulancia que llega al centro es un verdadero jarro de agua fría para la población del Puente que se mantiene en un confinamiento no impuesto sino responsable.

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