La cigüeña negra, una de las aves más esquivas de la Península, se decanta por Zamora para criar a sus polluelos. Los datos de la Junta de Castilla y León, que monitoriza a 38 parejas reproductoras en toda la comunidad, confirman que 2024 ha sido un año bueno para esta especie catalogada como vulnerable y de seguimiento complejo.
En el marco de la planificación Red Natura 2000, el Plan de Monitorización del Estado de Conservación de la Biodiversidad en Castilla y León aborda principalmente la propuesta del seguimiento y evaluación de los hábitats de interés comunitario y las especies incluidas en el anexo I de la Directiva Aves, anexos II, IV y V de la Directiva Hábitats, el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y en el Catálogo Español de Especies Amenazadas. El número total de especies objeto de seguimiento se sitúa en 323 taxones de fauna en Castilla y León, lo que da idea de la magnitud del programa regional de seguimiento de fauna protegida.
Aunque según este plan, Salamanca encabeza el mapa regional con 24 parejas, Zamora mantiene un peso notable con nueve territorios ocupados, una cifra que la sitúa como segundo enclave más importante para la reproducción de la cigüeña negra en Castilla y León. El resto de parejas se distribuye entre Ávila y Segovia, completando el mapa de un ave que rehúye el bullicio humano y prefiere los rincones más recónditos.
Una especie que se deja ver poco… y por algo
A diferencia de su pariente blanca, habituada a torres, humilladeros y chimeneas urbanas, la cigüeña negra evita las ciudades. Su comportamiento es tan discreto que observarla es un pequeño acontecimiento ornitológico. Prefiere anidar en lugares remotos, con amplias masas forestales o cortados fluviales, donde apenas pueda ser molestada.
Esa vocación de aislamiento explica que todas las parejas monitorizadas en 2024 se ubiquen dentro de la Red Natura 2000, en áreas catalogadas como Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA). Son enclaves donde la especie encuentra alimento, tranquilidad y un entorno de cría óptimo.
El suroeste, su bastión ibérico
El núcleo duro de la cigüeña negra en Castilla y León se localiza en el suroeste de la comunidad, concretamente en el ámbito fronterizo que comparten Zamora y Salamanca, uno de los paisajes fluviales más salvajes de toda la península.
En los Arribes del Duero, el ecosistema de cañones y bosques profundos da cobijo a 13 territorios en la parte española, otros dos en el vecino Portugal y dos más en la ZEPA Cañones del Duero, configurando un corredor transfronterizo donde la especie encuentra un auténtico santuario.
Los técnicos hablan de un año reproductor muy por encima de la media nacional, una señal alentadora para una especie cuya supervivencia depende de la conservación de estos enclaves privilegiados. Y Zamora se reafirma como uno de sus refugios más valiosos.