Cada vez son más los carteles de 'se alquila', 'se vende' o 'se traspasa' que se dejan ver en la capital, también trapas vacías en la provincia. Negocios cerrados de los que nadie quiere hacerse cargo. Locales abandonados que albergaron vida y recuerdos, pero que ahora quiere recuperarse.
En un esfuerzo por preservar la vitalidad económica de la provincia, el presidente de la Diputación de Zamora, Javier Faúndez, ha avanzado un proyecto innovador centrado en garantizar la continuidad de los negocios locales. Una visión que no tiene otro objetivo que el de promover la sucesión empresarial en las zonas rurales y asegurar que los negocios no solo sigan funcionando, sino que también prosperen con nuevas generaciones al frente.
El concepto es simple; cuando un negocio local está en riesgo de cierre debido a la falta de sucesión generacional o de personas dispuestas a hacerse cargo, se buscará activamente a familias, tanto locales como internacionales, interesadas en asumir el desafío de revitalizar ese establecimiento.
Esta iniciativa no solo busca mantener vivos los comercios y servicios esenciales en los pueblos de Zamora, sino también infundirles nueva energía y perspectiva a través de la llegada de una nueva generación de emprendedores. Aunque solamente ha sido un pequeño avance, el proyecto está generando un notable interés con la idea de preservar la riqueza cultura y económica.
