Hay quién prefiere visitar ciudades rurales para pasar el verano, por ello traemos los rincones más encantadores y llenos de historias de Zamora. Durante los últimos años han sido las zonas más visitadas de la provincia, junto con la Sierra de la Culebra, área cuya fauna y vegetación cambió dastricamente tras los incendios de 2022.
Toro y el Museo del Queso
Toro, una de las ciudades más importantes de Castilla y León, es conocida como «el balcón del Duero». Su puente del siglo XII es un destacado vestigio histórico. Pasear por sus callejuelas y murallas, así como visitar sus monumentos históricos, es una experiencia enriquecedora. Además, Toro fue escenario de la batalla de 1476 entre Isabel la Católica y Juana la Beltraneja.
La gastronomía local es famosa por sus carnes, vinos y quesos, especialmente el Queso Zamorano. El Museo del Queso en Toro ofrece visitas guiadas para conocer el proceso de elaboración y degustar diversas variedades, siendo un destino ideal para los amantes del queso.
Casas Colgadas de Fermoselle
El pueblo de Fermoselle, conocido por su cultivo de viñedos, olivos y árboles frutales, es un destino imperdible para cualquier visitante. Declarado Conjunto Histórico Artístico en 1974, destaca por sus edificios que parecen colgar de las rocas. Pasear por sus calles y explorar las bodegas subterráneas de piedra y granito es una experiencia encantadora para toda la familia.
Puebla de Sanabria
Este encantador pueblo de Zamora forma parte de la asociación de Pueblos más Bonitos de España. Sus callejuelas medievales, fachadas de piedra y escudos nobiliarios ofrecen una atmósfera única. Solo los residentes pueden acceder al casco antiguo. El Castillo de Puebla de Sanabria, construido en el siglo XV, y el Ayuntamiento en la Plaza Mayor son puntos destacados. Cerca de allí, el Lago de Sanabria y el monasterio de Santa María en San Martín de Castañeda son visitas imprescindibles, junto con rutas de senderismo y pueblos con encanto como El Puente, Gallende y San Martín de Castañeda.