Una exclusiva colección de tablas de skate, que reinterpreta los diseños más icónicos de las décadas de los 80 y 90, ha sido presentada en una exposición única, ofreciendo a los nostálgicos del monopatín una mirada al pasado. Aunque las tablas originales desaparecían en cuestión de días debido a su uso intensivo, las reediciones lanzadas a partir de los 2000 buscan conservar y homenajear esta parte de la cultura urbana.
Con un total de 52 tablas, la muestra está organizada de forma cronológica para ilustrar la evolución tanto en las formas como en los diseños. Las primeras piezas, que corresponden a los años 80, se caracterizan por sus llamativos colores y motivos de calaveras, mientras que las de los 90 presentan líneas más simples y simétricas, un diseño precursor de las tablas actuales.
"Estas tablas son auténticas obras de arte", comenta el dueño de la colección, un entusiasta del skate que ha logrado reunir entre 70 y 75 tablas en total. "De niño, ver estas tablas en las tiendas era como contemplar lienzos sobre ruedas, pero eran arte efímero. Patinabas un par de tardes y ya perdían su diseño. Estas reediciones permiten conservar ese arte y compartirlo".
Entre las piezas destacadas de la colección se encuentran varias reediciones limitadas de Tony Hawk, uno de los skaters más icónicos de la época, cuyas tablas originales alcanzan precios elevados en el mercado, llegando hasta los 500 euros, dependiendo de la edición.
"Cada tabla tenía su propio diseño, forma y colores llamativos para atraer al público y diferenciarse de las demás marcas. Hoy en día, estas reediciones no solo nos permiten recordar una época dorada, sino también preservar una parte esencial de la cultura del skate", señala el coleccionista.
Aunque las tablas se exponen sin ruedas ni ejes, el coleccionista explica que estos elementos se compran por separado, permitiendo a los patinadores personalizar cada pieza a su gusto.
La exposición, más allá de celebrar un deporte y una subcultura, busca resaltar el valor artístico que poseen estas tablas de skate. "Al ponerlas en un museo, estamos destacando el arte que contienen, un arte que generalmente se destruye con el uso, pero que aquí podemos admirar y conservar", concluye el coleccionista.
