La visita de los Reyes y Pedro Sánchez a Valencia se interrumpe tras una lluvia de barro

Los Reyes y el presidente acuden a las zonas afectadas por la Dana, pero las protestas obligan a detener el recorrido en medio de tensiones y confrontación con los residentes
Lluvia de barro
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Valencia, impactada por los devastadores efectos de la última Dana, recibió hoy la visita de los Reyes de España, Don Felipe y Doña Letizia, quienes llegaron para mostrar su apoyo a los afectados y conocer de primera mano el estado de las operaciones de rescate. Sin embargo, la visita, planeada como un acto de solidaridad, se vio empañada por momentos de tensión con los vecinos afectados.

Desde el inicio, el ambiente era sombrío. La Dana, que hace cinco días provocó inundaciones masivas y dejó graves destrozos en varias zonas de la Comunidad Valenciana, ha generado una atmósfera de frustración entre la población, que lucha por recuperar la normalidad en sus vidas. Durante la visita, Don Felipe se reunió con autoridades locales y equipos de rescate, acompañado de la Reina Letizia, quien vestía un atuendo oscuro en señal de respeto por los fallecidos. Ambos expresaron personalmente su solidaridad con las familias de las víctimas y su agradecimiento a los equipos de emergencia que trabajan en el área.

La situación se tornó tensa cuando el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, llegó al lugar y se unió a la comitiva real. Algunos vecinos, visiblemente afectados y agotados por la situación, manifestaron su descontento con la gestión de la crisis. En un momento, el grupo de visitantes fue recibido con gritos y lanzamientos de barro hacia la comitiva. Sánchez y la Reina Letizia optaron por retirarse ante la intensidad de los reclamos, mientras que el Rey Felipe VI, acompañado por el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, decidió permanecer en el lugar para escuchar a los vecinos.

Durante la visita, la seguridad se reforzó con efectivos de la Guardia Civil que acordonaron las áreas circundantes, incluyendo una de las calles ya despejadas de fango. Este movimiento complicó el acceso a los voluntarios, quienes, molestos, tuvieron que tomar rutas menos accesibles para continuar con las labores de limpieza. La decisión provocó una reacción entre algunos residentes, quienes reclamaron que el despliegue de seguridad estaba afectando los esfuerzos de recuperación.

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