martes. 23.04.2024
Sector florero. Fotografía de archivo
Sector florero. Fotografía de archivo

El Día de Todos los Santos supone una de las fechas clave para el sector florero. Ni San Valentín ni si quiera el Día de la Madre pueden igualar una cita que supone como mínimo en torno al 20 ó 30% de los beneficios de todo el año, si bien este volumen puede varias según los pedidos de cada negocio. 

Una cita que llega empañada por la inflación que tampoco escapa al sector. El aumento de los costes -la factura de la luz y el aumento de la facturación de los transportes y los carburantes, principalmente-, ha hecho que los costes se hayan disparado un 15% de media. Sólo la factura energética ha llegado a triplicarse en un sector en el que el uso de las cámaras frigoríficas para mantener las flores en perfecto estado de conservación es vital. 

Estas cámaras resultan vitales en un año marcado por la sequía y en la que hasta hace apenas dos semanas se mantenían valores que podían alcanzar los 28 grados en pleno mes de octubre. Una situación que obliga al sector a ajustarse aún más el cinturón y a recortar los beneficios de cara a una fecha vital en la que esperaban por fin recuperar las cifras de ventas prepandemia. 

Y es que el Covid también afectó a la caja de una de las imprescindibles en este día de recuerdo a los seres queridos que ya no están junto a nosotros. Desde el sector apuntan a que cualquier subida de precio de cara a esta fecha supone un riesgo, por lo que la prudencia manda y la mayoría han apostado por mantener al máximo los precios de años anteriores o bien con subidas mínimas. 

Aseguran que si trasladaran la totalidad de los costes al consumidor, este no lo aceptaría, ya que el precio se situaría fuera de mercado. Así, el sector trata de mantenerse más ahogado y arrastrando las pérdidas de una pandemia que se alarga ahora con la llegada de la crisis y la inflación. 

El sector florero no escapa a la inflación y recorta sus beneficios en su cita más...