VÍDEO | Visparras y talanqueiras llenan de ruido, color y ritual las calles de Vigo de Sanabria

Uno de los momentos más esperados llegó a mitad de recorrido, cuando tuvo lugar el tradicional rito del casamiento
Visparra en Vigo (9)
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Las visparras, visparros y talanqueiras fueron las grandes protagonistas del desfile de la mascarada de Vigo de Sanabria, que reunió a numerosos vecinos y visitantes a lo largo de todo el recorrido, desde la Ermita de Gracias hasta las Escuelas. El cortejo, animado y muy participativo, mantuvo el ambiente festivo durante todo el trayecto.

Uno de los momentos más esperados llegó a mitad de recorrido, cuando tuvo lugar el tradicional rito del casamiento. Desde la torre de la iglesia, el cura “casó” simbólicamente a la juventud soltera del pueblo entre rimas, ripios y el coreo constante de talanqueiras y visparras. Con la fórmula habitual —«¡Casaremos, casaremos, dejaremos de casar!»— fueron desfilando los nombres de vecinos y vecinas en edad casadera, como Nuria, Adrián, Raúl de Belén, Mario o Sergi, acompañados por los morenos. Algunos recibieron los versos con ilusión y a otros la suerte no les sonrió tanto, aunque, como sentenció el oficiante, “todos acaban contentos cuando termina la jornada”.

Las talanqueiras también cumplieron con otra de las tradiciones más vistosas, pese al intenso calor: entrar a probar el agua del río Forcadura, en el pozo bajo el puente, gesto que fue recibido con un prolongado aplauso del público.

El ciego vivió igualmente momentos de tensión cuando las pajas de su traje fueron prendidas en distintos puntos del recorrido, hasta que finalmente su doble ardió en la hoguera. La filandorra, con su fuso y sus coloretes, animó el desfile haciendo picias entre los gorros del cortejo.

Vigo de Sanabria recuperó la Visparra y la Quema del Ciego el 26 de diciembre. Los Visparros son personajes que con el ruido de sus cencerros y sus instrumentos fustigadores y amenazantes generan el caos en la localidad.

visparrasLos “Visparros” se enmascaran con las “calantroñas”, máscaras hechas de telas viejas de color, con agujeros para ojos, nariz y boca y rematadas por detrás con borlas y cintas de colores y visten harapos o trajes de lino o de saco de cáñamo, que son reminiscencia de los hábitos de los monjes.

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