El sospechoso del atentado que causó la muerte de dos aficionados de la selección de fútbol de Suecia ha sido abatido durante su detención en un café de Bruselas. El fallecido causó durante el ataque heridas de gravedad a una tercera víctima.
La Fiscalía federal belga informaba de que un testigo había puesto en conocimiento de la policía la ubicación del presunto agresor en un bar de Schaerbeek en el que se personaron los agentes. Los servicios de emergencia intentaron reanimar al sospechoso, si bien los sanitarios lo declaraban muerto poco después de su llegada al hospital. En el café se encontró un arma y una bolsa con ropa.
El sospechoso respondía al nombre de Abdesalem L., de ascendencia tunecina y que se encontraba en Bélgica ilegalmente, tal y como ha confirmado el primer ministro belga, Alexander De Croo. Las primeras investigaciones apuntan a que actuó solo. "Hasta ahora no vemos ningún indicio de que este hombre haya cooperado o de que haya formado parte de una red" de terroristas.
En sus antecedentes policiales constan diversos delitos, pero no por extremismo violento. De Croo ha condenado la actuación "absolutamente cobarde y demencial" al tiempo que ha anunciado que mañana se celebrará un homenaje a las víctimas.
El atacante, que viajaba en una scooter, supuestamente siguió a algunos aficionados al fútbol suecos cuando subieron a un taxi ayer por la tarde y luego abrió fuego con un arma automática de gran calibre cuando bajaban del vehículo.
El ataque ha llevado al Órgano de Coordinación para el Análisis de Amenazas (Ocam) ha elevado el nivel de alerta en la región de Bruselas-capital al máximo, 4, que implica que la amenaza es "muy grave e inminente", mientras que en el resto de Bélgica se sitúa en el nivel 3.