Los niños y adolescentes españoles duermen cada vez menos: las pantallas y el insomnio disparan la preocupación

El estudio revela que más de la mitad de los adolescentes (52,4%) acuden a clase cada día con menos de ocho horas de sueño, el mínimo recomendado
Foto archivo problemas dormir
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Un informe elaborado por Alianza por el Sueño, plataforma que agrupa a sociedades científicas, profesionales sanitarios, investigadores y asociaciones de pacientes, alerta de que los niños y adolescentes españoles están durmiendo cada vez menos, perdiendo de media unas dos horas de sueño a la semana en comparación con años anteriores. Según los expertos, la causa principal es el uso excesivo de pantallas.

El déficit de sueño afecta no solo al descanso, sino también a la concentración, la memoria, el rendimiento escolar, la gestión de las emociones y el estado de ánimo de los menores. La franja de edad más crítica se sitúa entre los 9 y los 16 años, desde tercero de primaria hasta cuarto de la ESO, momento en el que las rutinas de sueño se descontrolan y pueden generarse consecuencias a largo plazo.

El estudio revela que más de la mitad de los adolescentes (52,4%) acuden a clase cada día con menos de ocho horas de sueño, el mínimo recomendado. El uso de dispositivos electrónicos antes de dormir contribuye significativamente a estos problemas, elevando la prevalencia del insomnio hasta cerca del 40% en adolescentes. Según Alianza por el Sueño, los menores usan pantallas más de 3 horas diarias entre semana y más de 5 horas en fines de semana, muy por encima de las recomendaciones.

El informe también alerta sobre la recurrencia de fármacos y complementos para dormir en adolescentes, con un 20% de ellos habiendo consumido algún producto para conciliar el sueño, a veces en formatos atractivos para jóvenes, como gominolas o comprimidos masticables, disponibles en farmacias.

Para revertir esta situación, la plataforma ha elaborado un decálogo de medidas que busca mejorar la calidad del sueño y el rendimiento escolar de los menores. Entre ellas se incluyen la exposición a la luz solar, la actividad al aire libre, el ejercicio en horarios adecuados y la adaptación de los horarios escolares a los momentos óptimos de rendimiento.

Los expertos insisten en que mejorar el sueño es mejorar la salud, y advierten que la conciliación de un descanso adecuado debe convertirse en prioridad para proteger el desarrollo físico, psicológico y emocional de niños y adolescentes.

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