El Índice de Precios de Consumo (IPC) en España aumentó un 0,2% en noviembre en comparación con el mes anterior, lo que situó la tasa interanual en un 2,4%. Este incremento se debe principalmente al encarecimiento de la electricidad y los carburantes, dos de los factores que más impactan en los bolsillos de los consumidores.
En particular, los precios de la vivienda se dispararon un 7,4% interanual, impulsados por el coste de la electricidad. Además, el transporte también experimentó un aumento significativo, con un repunte en los precios de los carburantes y lubricantes para vehículos. Sin embargo, los alimentos mantuvieron una tasa de inflación más moderada, con un incremento del 1,7% en términos interanuales.
Este repunte en el IPC marca el segundo mes consecutivo de subida de la inflación, que alcanzó su nivel más alto desde julio. A pesar de ello, el Ministerio de Economía señaló que la media de inflación de los últimos 12 meses es del 2,8%, lo que refleja una tendencia a la baja en comparación con los valores alcanzados en 2022, cuando la inflación fue más elevada.
Por otro lado, la inflación subyacente, que excluye los alimentos frescos y productos energéticos, registró una ligera disminución de una décima en noviembre, situándose también en el 2,4%. Esto indica que, aunque los precios generales están subiendo, los aumentos en productos no energéticos y alimentos son más moderados.
En cuanto a la evolución mensual, el IPC aumentó un 0,2% en noviembre, impulsado por el crecimiento de los precios en el sector de textil y calzado debido a la temporada de invierno, y por un encarecimiento de la vivienda relacionado con el alza en la electricidad. En contraste, los precios en ocio y cultura cayeron un 1,5% debido a la disminución de los precios de los paquetes turísticos.