La subida de temperaturas, va acompañado, claro está, de la sudoración y su olor característico. Se trata de un fenómeno fisiológico necesario para la propia regulación de la temperatura en el cuerpo humano cuando la temperatura es elevada o se hace un gran esfuerzo físico que se suele manifestar en nuestro cuerpo en formas de gotas de sudor visibles en zonas como las axilas, la frente, las manos, el pecho, la espalda y la planta de los pies.
A veces, aunque pueda parecer, incómodo o poco estético, la pérdida de agua a través de la piel para eliminar líquidos es necesario. En otro caso, no podríamos, por ejemplo, hacer deporte a altas temperaturas. De hecho, aunque suele ser una afección poco frecuente, existen enfermedades genéticas que se caracterizan por no poder sudar. Esto se debe a que las glándulas sudoríparas producen poco o nada de sudor, lo que responde al nombre de anhidrosis.
Sin embargo, por el lado contrario, se encuentra la sudoración excesiva y sin una causa aparente. Hablamos entonces de la hiperhidrosis, un trastorno que afecta a entre el 1% y el 3% de la población y, aunque en la mayoría de los casos no es peligroso, sí suele preocupar bastante a los que lo padecen, causándoles una gran incomodidad social, ansiedad o incluso otros problemas psicológicos.
Las personas con hiperhidrosis, producen sudor en grandes cantidades, mucho más del necesario para liberar calor y mantener el cuerpo a la temperatura adecuada.
La Academia Española de Dermatóloga y Venereología (AEDV), recomienda a las personas que sufran hiperhidrosis que tomen algunas medidas sencillas en su día a día:
Usar prendas que sean frescas. Las fibras naturales pueden ser frescas, pero absorben sudor y permanecen húmedas. Algunas fibras sintéticas, aunque menos frescas, repelen el sudor y permanecen secas. Las ropas claras y muy oscuras ayudan a disimular las manchas de sudor.
Disponer de ropa de sobra para poder cambiarse a lo largo del día si es necesario evitará situaciones comprometidas y rebajará el nivel de estrés y ansiedad social.
También pueden poner en sus prendas forros protectores para axilas, que absorben el sudor y protegen la ropa.
Mantener un ambiente en el trabajo fresco y bien ventilado, y no exponerse al sol.
Evitar las bebidas alcohólicas, café u otros alimentos que desencadenan sudor, como los picantes y comidas muy copiosas.
Reducir en la medida de lo posible el estrés, la tensión y la ansiedad.
Mantener una buena higiene corporal con duchas frecuentes. Esto no evitará el sudor, pero sí el olor que esta produce si permanece mucho tiempo en la piel o la ropa.