La automedicación, entendida como el uso de medicamentos sin prescripción médica, se ha convertido en una práctica cada vez más extendida en España. Según el VII Estudio de Salud y Vida de Aegon, más de un 38,6% de los españoles reconocen automedicarse con fármacos, productos homeopáticos o remedios naturales, lo que supone un preocupante aumento de 3,7 puntos respecto a 2024 y 15,5 puntos desde la pandemia.
El informe revela que uno de cada ocho ciudadanos confía en internet y las redes sociales como fuentes fiables para decidir qué medicamento tomar, y la inteligencia artificial comienza a ganar terreno como herramienta para "consultas rápidas", especialmente entre los jóvenes.
Los datos del estudio reflejan tres formas principales de automedicación:
Medicamentos sin receta: la opción más frecuente, elegida por el 19,6% (1,9 puntos más que el año anterior).
Productos homeopáticos y naturales: utilizados por el 13,8%, lo que representa un incremento del 1,1%.
Ambos tipos de preparados: un 5,3% combina medicamentos convencionales con remedios naturales.
Perfil del automedicado: joven, mujer y en situación laboral inestable
El perfil más común del automedicado en España es el de una mujer joven de entre 18 y 25 años. Este grupo alcanza un alarmante 52,2% de personas que toman medicamentos sin prescripción, mientras que en los mayores de 65 años la cifra desciende al 28,6%.
También influye la situación laboral: los desempleados (42,1%) y quienes se encuentran en ERTE o han perdido su empleo (56,6%) son los que más recurren a la automedicación. Además, las personas sin hijos también presentan mayor propensión a automedicarse (42,4%).
Por territorios, el País Vasco lidera el ranking con un 46,2% de su población automedicándose, seguido por Navarra (45%) y Castilla-La Mancha (44,4%). En contraste, las regiones con menor incidencia son Aragón (24,8%), Castilla y León (30,2%) y Asturias (32,2%). No obstante, Andalucía destaca con un preocupante 38,5% de población que consume medicamentos sin receta.
Motivos más frecuentes
Las razones más habituales para automedicarse son:
“Sé lo que me va a recetar el médico” (38,2%)
“Lo que tengo no es grave” (32,3%)
Evitar esperas y ahorrar tiempo para conseguir una cita médica
En cuanto a los síntomas, el 65,2% lo hace para aliviar dolores ocasionales y el 57,3% para tratar enfermedades leves o puntuales.
Aunque las mujeres se automedican más, son los hombres quienes lo hacen con mayor frecuencia bajo la creencia de que lo suyo "no es grave" (40,9% frente al 25,6% de las mujeres). Además, un 19,5% de los hombres reconoce que simplemente toman “lo de siempre”.
A pesar de su normalización, la automedicación puede acarrear graves riesgos: desde reacciones adversas, resistencia a antibióticos, hasta el agravamiento de enfermedades por un mal diagnóstico. Los expertos insisten en la importancia de consultar con profesionales sanitarios, y advierten del auge de plataformas digitales y contenidos en redes sociales que promueven esta peligrosa práctica sin respaldo científico.