El desabastecimiento de medicamentos continúa afectando a las farmacias españolas y ha tomado un nuevo rumbo durante el verano. Según el último informe de LUDA Partners, los antidepresivos han pasado a encabezar la lista de productos con más problemas de suministro, por encima de los antidiabéticos como Ozempic, que habían liderado la estadística durante los primeros meses del año.
En este contexto, Anafranil se ha posicionado como el fármaco más afectado por la falta de stock, con el 73 % de las localizaciones fallidas relacionadas con antidepresivos, seguido de Ludiomil (7 %) y Norebox (5 %). Esta situación ha generado alarma entre profesionales sanitarios y pacientes, especialmente en provincias como Zamora, donde los farmacéuticos ya han comenzado a reportar serias dificultades para abastecerse de estos productos.
Desde varias farmacias zamoranas se ha confirmado que "el número de pacientes que llegan con recetas y no pueden acceder a su tratamiento ha aumentado visiblemente desde junio". A esta realidad se suma el hecho de que la provincia presenta una de las tasas más altas de envejecimiento y soledad no deseada de Castilla y León, factores que inciden directamente en el aumento de diagnósticos de trastornos del estado de ánimo como la depresión.
Los datos del estudio de LUDA Partners revelan que las notificaciones de faltas en medicamentos antidepresivos se han multiplicado por cuatro en tan solo un mes, lo que supone un cambio significativo respecto al patrón de escasez observado en 2024 y principios de 2025, cuando los problemas se centraban en tratamientos para la diabetes o el TDAH.
El incremento de la demanda de antidepresivos en España no es casual. La encuesta Statista Consumer Insights 2025 indica que un 17 % de los ciudadanos sufre algún problema de salud mental, como ansiedad, depresión o burnout, una cifra que incluso supera a la de enfermedades cardiovasculares o visuales. Este fenómeno se agrava entre los jóvenes: más de 1,5 millones de adolescentes de entre 12 y 18 años están en riesgo o presentan ya problemas emocionales, según datos de la Red Proemo.
Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que uno de cada tres españoles desarrollará un problema de salud mental a lo largo de su vida, lo que convierte el acceso a los tratamientos en un aspecto esencial. En este sentido, la falta de disponibilidad de medicamentos como Anafranil puede tener consecuencias graves en la continuidad terapéutica de los pacientes.