Un gesto que le costó la vida a la joven Masha Amini, que se ha convertido en la cara de una protesta que se ha extendido por todo el mundo y que ha protagonizado duras manifestaciones en su país de origen donde incluso se ha llegado a hackear la televisión estatal durante un discurso del líder del país, Ali Jameneí, al que acusan de" tener las manos manchadas de sangre" por los duros castigos a los que someten a las mujeres.
Siguiendo la tradición persa que marca el gesto de cortarse el pelo como un signo de rebeldía y rebelión, miles de mujeres -rostros conocidos pero también anónimos- de todo Occidente se han sumado a esta acción para mostrar su solidaridad con las mujeres iraníes. Un pequeño gesto que simboliza un movimiento en contra de un Gobierno que reprime a las mujeres imponiéndoles estrictos códigos de conducta con los que pretenden recortar sus derechos como seres iguales ante la ley.