
La mayoría de los refugiados han optado por quedarse en los países fronterizos, especialmente en Polonia un verdadero colapso para atender a los casi tres millones de refugiados que desean permanecer lo más cerca posible de su país natal.
En los primeros días de la invasión rusa que se desató el pasado 24 de febrero, ACNUR anticipó que el conflicto causaría 4 millones de refugiados, una cifra que ya se ha rebasado de largo y que actualmente se calcula en unos 5,26 millones y cada día continúa creciendo. De hecho, de cumplirse los pronósticos, el impacto social causado por la guerra en Ucrania sería mayor al de anteriores éxodos como los vividos en Venezuela (con cerca de 6 millones de personas) o Siria (donde 6,8 millones han dejado atrás su hogar durante una década de guerra civil).
ACNUR ha hecho este lunes un llamamiento a la comunidad internacional para financiar con 1.850 millones de dólares sus programas de ayuda a los países que están recibiendo o se prevé que acojan a la mayoría de los refugiados, entre ellos también la República Checa y Bulgaria.