Hoy se celebra el Día Internacional de las Mujeres Rurales bajo el tema "Las mujeres rurales cultivan alimentos de calidad para todas las personas", propuesto por ONU Mujeres, con el objetivo de destacar el papel fundamental que desempeñan las mujeres y niñas rurales en los sistemas alimentarios de todo el mundo.
El último informe de ONU Mujeres, Más allá de la pandemia de COVID-19: un plan feminista en favor de la sostenibilidad y la justicia social (en inglés), insta a reconstruir el desgastado sistema alimentario mundial desde la base, apoyando los medios de vida de las mujeres rurales para producir y distribuir productos alimenticios diversos y saludables. Considerando que restan menos de 10 años para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), incluidos Hambre Cero (Objetivo 2) e Igualdad de Género (Objetivo 5), ONU Mujeres está trabajando para ayudar a las mujeres y niñas rurales de todo el mundo a fortalecer su resiliencia y desarrollar sus habilidades y capacidades de liderazgo.
El trabajo en la agricultura y la ganadería en los países desarrollados en todo el mundo lo llevan a cabo un 43% de mujeres rurales, que lo hacen, muchas veces, con baja protección, falta de seguridad personal en los ingresos, mal remuneradas, escasa visibilidad y poca presencia en las políticas y decisiones que les afectan en su día a día.
Las mujeres son las que en una inmensa mayoría hacen que funcione el tejido asociativo, que los pueblos sigan teniendo vida y resistencia, son las que siguen trabajando y luchando por revertir los graves desequilibrios de desigualdad entre personas (hombres y mujeres), entre territorios, entre sectores y entre el ámbito urbano y rural.
Este año podemos poner la vista en la nueva PAC, la reforma de la Política Agraria Comunitaria (PAC).Para el 2023 los cambios aprobados en los distintos Planes estratégicos (PEPAC) de los países miembros de la Unión Europea y ratificados por ésta, parece que no aportarán muchos cambios en materia de género, seguirá ignorando a tantas y tantas mujeres rurales de Europa que siguen manteniendo vivo, aunque cada vez menos, nuestro medio rural, lleno de posibilidades pero lleno de carencias.
Esta PAC y sus promotores (hombres en su mayoría) sigue siendo muy miope al no tener en cuenta una perspectiva de género global, integral y que de forma transversal y no en un recóndito hueco de la inclusión social y desarrollo económico, haga posible que las mujeres se sientan a gusto, empoderadas y con garantías de ser tenidas en cuenta como habitantes y creadoras de riqueza en un medio rural cada vez más desolado, en el que ellas son imprescindibles si se quiere que haya una nueva generación de hombres y mujeres agricultores/as y ganaderas/os que sigan produciendo alimentos para toda la humanidad.
Las mujeres jóvenes que han decidido quedarse en los pueblos y trabajar en el campo o con el ganado, en su mayoría, lo han hecho por convicción y después de haberse formado para ello. Otras tantas lo han asumido como una salida laboral con una inversión en la explotación familiar ya realizada, lo que les ha facilitado, en cierto modo, la viabilidad. Pero no podemos negar la realidad de que nuestro medio rural y nuestros pueblos no forman parte de la primera opción personal ni laboral de una inmensa mayoría de nuestros jóvenes y menos aún de las mujeres, que ven como algunas carencias, desigualdades y falta de oportunidades son mayores en el entorno rural que en el urbano.
Muchas de estas mujeres campesinas se enfrentan a jornadas de horas interminables cuidando el ganado, cuidando el campo, cuidando la familia, atendiendo lo colectivo, adquiriendo compromisos sociales, políticos, educativos… en sus pequeños pueblos y comarcas, para cambiar las cosas que no funcionan o pueden funcionar mejor.
El “feminismo rural” ha hecho y está haciendo que la realidad de las mujeres vaya cambiando, aunque no aparezca habitualmente en los medios de comunicación. Nosotras somos mayoritariamente, quienes tenemos asumida e interiorizada la urgencia de este cambio de modelo al que antes aludía. Para tender a un modelo estructural que nos aleje del consumismo, del crecimiento irreflexivo y devorador, que favorezca una interrelación entre lo rural y lo urbano que ponga en el centro a las personas, pero también la protección de nuestro medio, en el que habitamos: la Tierra. Finita, aunque no queramos verlo.
La Unión de Mujeres Agricultoras y Ganaderas, como cada año, hemos organizado en torno a esta fecha un programa de actividades para impulsar el papel de las mujeres en el desarrollo rural. Con motivo de la celebración del Día de la Mujer Rural, la asociación de mujeres vinculada a la Organización Profesional Agraria La Unión de Uniones, realizará un programa de jornadas informativas para visibilizar la gran diversidad de iniciativas económicas y empresariales llevadas a cabo por mujeres en el sector agrario y el medio rural y fomentar el emprendimiento femenino en la actividad agraria, culminando con la celebración del 9º Encuentro Estatal bajo el título la Incorporación de Mujeres Jóvenes al Sector Agroalimentario los días 21 y 22 de octubre en Navia, Asturias.
Cada 15 de octubre, Día de las mujeres rurales en todo el mundo, debemos recordar, revisar, empezar, crear… como si todos los días del año fueran 15 de octubre.