El 22 de abril fue el Día de la Tierra y hoy el día Mundial en defensa del Medio Ambiente. Este año 2018, el lema de este recordatorio mundial es parar la contaminación por plásticos. El plástico produce desde envenenamiento y daños a la vida marina hasta la alteración de las hormonas humanas, además de ensuciar nuestras playas y paisajes y colmar los vertederos. El crecimiento exponencial de los plásticos amenaza, por lo tanto, la supervivencia de nuestro planeta.
Según datos publicados por la BBC, desde su invención en 1907, se han producido 8.300 millones de toneladas métricas de plástico no reciclado. Estos plásticos han generado 6.300 millones de toneladas de residuos. Tan sólo el 9 por ciento de ellos ha sido reciclado y el 12 por ciento ha sido incinerado. Por lo tanto, el 79 por ciento restante (5.500 millones de toneladas) se ha acumulado en vertederos o ensuciado el medio ambiente.
Se calcula que, cada año, los océanos reciben 8 millones de toneladas de plásticos. Si esta tendencia continúa, en 2050 habrá más plástico en los mares que peces en términos de peso, según un reciente informe de Davos.
El New York Times publicó recientemente un estudio que señalaba que la causa principal del aumento en la producción de plástico es el aumento de los envases de plástico. En 2015, el embalaje representó el 42 por ciento del plástico producido. Ese año, los envases también constituyeron el 54 por ciento de los plásticos desechados.
En 2011, más de 690.000 toneladas de envases de plástico se pusieron en el mercado sólo en España, donde se recicla menos de un 35 por ciento de esos envases cada año.
En respuesta a todos estos datos, el Día de la Tierra 2018 se enfoca fundamentalmente en cambiar la actitud y el comportamiento humano sobre los plásticos y catalizar una reducción significativa en la contaminación plástica.
La ONU inició, el pasado año, la campaña #mareslimpios para concienciar sobre los millones de toneladas que invaden los mares del mundo:
Desde 1974, este día Mundial del Medio Ambiente se ha convertido en una plataforma global de alcance público, ampliamente celebrado en más de 100 países. Este año, la ONU quiere concienciar sobre el grave problema de la contaminación por plásticos.
Naciones Unidas subraya que para conseguir un planeta #SinContaminación por plásticos, tenemos que replantear por completo el enfoque de diseño, producción y uso de productos plásticos. En este Día Mundial del Medio Ambiente el objetivo es inspirar el tipo de soluciones que conduzcan a un cambio sostenible en las actividades iniciales de la cadena de suministro.
La contaminación por plásticos es un desafío ambiental determinante para nuestro tiempo. En los próximos 10-15 años, la producción mundial de plástico se duplicará. Para evitar el peor de estos resultados es exigible un replanteamiento completo de la forma en la que producimos, usamos y gestionamos el plástico.
En definitiva, el problema con el plástico es un problema de diseño. Nuestros sistemas de fabricación, distribución, consumo y comercio de plástico en la economía global deben cambiar. El modelo lineal de obsolescencia planificada, en el que los artículos están diseñados para desecharse inmediatamente después del uso, debe finalizar y debemos tender a una economía circular en la que el consumidor rechace lo que no se pueda reutilizar.
500.000 millones de bolsas de plástico
Uno de los problemas más graves de la contaminación por plásticos es el uso masivo de bolsas de este material en nuestra vida cotidiana. En el mundo se consumen 500.000 millones de bolsas de plástico cada año. En España utilizamos 144 bolsas de plástico por persona, es decir, 6.800 millones al año. A nivel europeo la cifra asciende a 177 por habitante, más de 100.000 millones puestas en circulación por la industria, según los datos que maneja la Comisión Europea.
El tiempo medio de utilización de cada una de estas bolsas de plástico es de 15 minutos. 8.000 millones acaban en el medio natural cada año y, según Greenpeace, solo se recicla un 7 por ciento. Esta inmensa cantidad de residuo plástico tarda en descomponerse entre 50 años y cuatro siglos.
Foto: © Randy Olson para National Geographic
Aunque las personas ejercen cada vez más su poder como consumidores rechazando vasos de plástico y cubiertos, limpiando playas y costas y reconsiderando sus hábitos de compra en los pasillos de los supermercados, los fabricantes deben responsabilizarse también respecto a todo el ciclo de vida de sus productos de consumo.
Los cambios en las prácticas comerciales y de los consumidores deben ser respaldados y, en algunos casos, impulsados por la política. Los responsables políticos y los gobiernos de todo el mundo deben salvaguardar los preciosos recursos ambientales y la salud pública, fomentando la producción y el consumo sostenibles a través de la legislación.
Para detener la creciente ola de plásticos desechables, es necesario un liderazgo gubernamental. En 2002, Bangladesh fue el primer país en prohibir las bolsas de plástico. Desde entonces, ha habido diferentes iniciativas de gobiernos de todo el mundo para frenar la producción de plásticos no biodegradables.
Francia aprobó en septiembre de 2016 el veto a platos, vasos, tazas y cubiertos de plástico para 2020, productos que tendrán que estar fabricados en un 50% de material biodegradable, cifra que aumenta al 60% en 2025. A ello hay que sumar la prohibición que realizó meses antes de la distribución de bolsas de plástico gratuitas en los supermercados.
También Marruecos decidió actuar el año pasado, prohibiendo la comercialización, exportación, importación y producción de bolsas de plástico, un problema que en África tiene especial relevancia y que ha hecho actuar a otros países como Kenia, Ruanda, Senegal o Sudáfrica.
Costa Rica, que quiere ser la primera nación del mundo en eliminar los plásticos de un solo uso declarándose ͞zona libre de plásticos͟. Bolsas de plástico, pajitas, bastoncillos para los oídos, botellas de agua, tenedores, cuchillos, removedores de café, cucharas, platos y vasos están en la lista negra. El gobierno costarricense ha diseñado una estrategia nacional para la sustitución de plásticos de un solo uso por alternativas renovables y compostables marinas –deben degradarse en menos de seis meses en el medio marino–, con un enfoque multidisciplinar y con múltiples actores implicados, de empresas a gobiernos locales y que quiere implantar antes del año 2021.
La Unión Europea se ha marcado como objetivo que todos los plásticos sean reciclables antes del año 2030 y ha elaborado una estrategia de acción que puedes ver en esta infografía.
En España, existe un proyecto de Real Decreto que pretende prohibir la distribución gratuita de bolsas de plástico convencionales en tiendas y supermercados para 2020, fecha desde la cual solo se podrán distribuir reutilizables y compostables mediante procesos industriales. Impone además un precio mínimo para las de un espesor igual o superior a 50 micras –aún sin fecha definitiva de aplicación–, aunque deja fuera de cargo a las bolsas habituales en pescaderías y fruterías de supermercados, que deberán ser compostables.
Fuentes ONU y FUndación AQUAE