¿Cómo cuidar un ramo de flores?

No hay nada más bonito que un ramo de flores, como los de Flor moments. Y es que las flores sirven para representar, de la mejor manera, momentos especiales e inolvidables. Es por eso por lo que debemos cuidar nuestro ramo lo mejor posible, especialmente si se trata de flores frescas.

Son muy delicadas, aunque su cuidado puede producirse, siguiendo estas recomendaciones:

Primero, se debe quitar cualquier envoltorio que lleve el ramo, para que las flores se oxigenen y reciban más aire.

Acto seguido, debe cortarse el tallo con un cuchillo bien afilado y sin sierra. El corte debe ser limpio y en diagonal. Sólo será necesario un centímetro, dos a lo sumo en el caso de que esté algo dañado el tallo. Así, se conseguirá que la flor absorba más agua.

Después hay que elegir un jarrón, preferiblemente de cristal, pues permite que llegue más luz a la planta. Antes de nada, debe lavarse y desinfectarse con lejía. Una vez higienizado, ha de llenarse con agua tibia, con una cantidad suficiente para cubrir la mitad de la longitud de los tallos, incluso algo más, pero nunca debe llegar a las hojas o a los capullos de las flores.
Además, la floristería suele incluir un sobre con nutrientes para las flores, que deberá ponerse en el agua del jarrón. Así se consigue alargar la vida del ramo, mejorando su aspecto. En el caso de no tener este tipo de aditivos nutritivos, se puede hacer un conservante casero muy sencillo: mezclando, en el agua del jarrón, una cucharada de zumo de limón o vinagre, una cucharada de azúcar y media cucharada de lejía, aunque unas gotas son suficientes.
Los puntos anteriores señalan qué hacer con el ramo. Ahora es momento de indicar dónde debe ponerse el jarrón. Hay que pensar en varios factores: temperatura, ventilación... Por eso lo mejor es dejarlo en una zona luminosa, pero que nunca incidan los rayos del sol directamente sobre las flores. También debe estar en un sitio en el que no haya corrientes de aire ni tampoco esté cerca de deshumidificadores, ventiladores, calefactores o estufas.
A la planta también le sienta bien dejarla en la terraza o el balcón durante la noche, pues recibe el aire fresco que impide que se marchiten las flores rápidamente. Eso sí, hay que recogerlo antes de que amanezcan.

Los tres primeros pasos deben realizarse todos los días o cada dos días, dependiendo del estado de la planta. El requisito indispensable es que deben hacerse a primera hora de la mañana o antes del atardecer. En el caso de que caigan al agua del jarrón alguna hoja o pétalo, deben ser retiradas inmediatamente. Además, si las flores cogen polvo o se manchan, deben limpiarse suavemente con una esponja seca o un paño.
Otra opción para conservar nuestro ramo, durante mucho más tiempo, es secarlas. Las flores secas también decoran la estancia del hogar maravillosamente bien, pues siguen manteniendo su hermosura, precisando bastantes menos cuidados y perdurando muchísimo más tiempo. Su mantenimiento es muy sencillo, bastará con limpiarles el polvo o posibles manchas que surjan con el paso de los días. Las floristerías suelen recomendar, en este sentido, el secado. Sus resultados son óptimos, aunque también se puede hacer por nosotros mismos, existiendo varias maneras, pero hay una que destaca sobre el resto por ser menos complicada en su ejecución y con unos productos al alcance de cualquier persona. Los pasos a seguir serían los siguientes:
Lo primero de todo es quitarle cualquier envoltura que pueda llevar. Luego, deben quitarse los pétalos con mal aspecto y todas las hojas, ramas y espinas, en el caso de que lleve, aunque, para estos elementos, habría que usar otro tipo de secado, que se hace con glicerina. Además, si el tallo es muy largo hay que cortarlo: su longitud debe ser de quince centímetros, hasta llegar a los capullos.

Luego hay que agrupar las flores en pequeños ramos y atarlos con una cuerda o una goma por la parte de abajo, que queden sólo cinco centímetros desde el final.

Este paso, en el que se tendrá el ramo a secar durante un tiempo, debe de hacerse en un lugar oscuro, seco y ventilado. Lo mejor es un trastero, un sótano o un armario. El ramo debe de estar colgado boca abajo, sobre una cuerda tensa o un tendedero. Pasadas tres semanas ya puede recogerse.

Para ultimar el secado del ramo, hay que utilizar laca para el pelo. Se debe coger el ramo por el tallo y, a una distancia de veinte centímetros aproximadamente, rociar con laca todas las flores. De esta manera se conseguirá protegerlas del polvo y evitar que se rompan. Hay que dejarlo secar unos días.

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