Moscú/Kiev, 21 de abril de 2025 — El presidente ruso Vladimir Putin ordenó este domingo un cese temporal de las hostilidades en Ucrania con motivo de la celebración de la Pascua ortodoxa. La medida, anunciada tras una reunión con el jefe del Estado Mayor ruso, Valery Gerasimov, fue presentada como un gesto humanitario con el que Moscú asegura querer abrir una vía hacia un posible proceso de paz.
“Guiados por consideraciones humanitarias, ayer, desde las 18:00 hasta las 00:00 hora de Moscú, la parte rusa declara una tregua de Pascua. Ordeno el cese de todas las acciones militares durante este período”, declaró Putin, según informaciones difundidas por la agencia estatal rusa Tass y por el propio Kremlin a través de su canal oficial en Telegram.
Un gesto simbólico y una advertencia
El mandatario ruso subrayó que las tropas rusas se mantendrán en estado de alerta ante posibles violaciones del alto el fuego por parte de las fuerzas ucranianas, y aseguró que el gesto de Moscú pone a prueba la “sinceridad del régimen de Kiev” en su supuesto deseo de avanzar hacia una salida negociada al conflicto.
“Nuestra decisión sobre una tregua pascual demostrará cómo es de sincera la voluntad del régimen de Kiev y su deseo y capacidad de cumplir con los acuerdos y participar en un proceso de negociaciones de paz”, afirmó Putin.
El líder ruso recordó, además, que Kiev violó más de un centenar de veces la tregua energética de 30 días que Rusia declaró unilateralmente el pasado 18 de marzo y a la que Ucrania accedió posteriormente, con la mediación de Estados Unidos.
Una tregua bajo sospecha
Hasta el momento, Ucrania no ha emitido una respuesta oficial respecto al anuncio de esta nueva tregua pascual. Sin embargo, fuentes cercanas al Gobierno de Zelenski aseguran que estas pausas unilaterales suelen ir acompañadas de maniobras militares encubiertas o sirven de estrategia propagandística para debilitar la percepción internacional de Kiev.
Diversos analistas señalan que el gesto ruso podría tener un doble propósito: mejorar su imagen ante la comunidad internacional y forzar una nueva narrativa de responsabilidad compartida en el conflicto. Desde Occidente, este tipo de anuncios se observan con cautela, en especial después de los reiterados fracasos de treguas anteriores.
Mientras tanto, sobre el terreno, la situación humanitaria sigue siendo crítica, especialmente en el este y sur de Ucrania. La posibilidad de una pausa, aunque breve, podría haber permitido el reabastecimiento de zonas afectadas y la evacuación de civiles, aunque la confirmación de su cumplimiento por ambas partes aún es incierta.
La Pascua ortodoxa, una de las festividades más importantes del calendario cristiano en la región, se ha celebrado este año entre la esperanza de una paz aún lejana y el ruido constante de una guerra que ya supera los tres años de duración.