TikTok, una de las plataformas más populares entre los jóvenes, reanudó sus operaciones en Estados Unidos luego de estar fuera de servicio por un breve período. Esto ocurrió tras la aplicación de una ley que prohíbe las operaciones de empresas tecnológicas con posibles vínculos con gobiernos considerados adversarios. La intervención del expresidente Donald Trump fue clave para frenar la suspensión total, dando tiempo a ByteDance, la compañía matriz de TikTok, para negociar un acuerdo que permita su permanencia en el país.
El plan presentado propone que TikTok colabore con socios estadounidenses bajo condiciones estrictas. Entre las propuestas destaca la posibilidad de formar una nueva empresa conjunta en la que inversores de Estados Unidos tendrían una participación significativa. Según Trump, esta medida no solo garantiza la seguridad nacional, sino que también protege el acceso de millones de usuarios a la plataforma. Al mismo tiempo, busca proyectar una imagen de liderazgo estratégico frente a sus críticos.
La suspensión temporal fue resultado de un fallo judicial que respaldó la ley aprobada en 2024, argumentando riesgos a la seguridad por posibles accesos no autorizados a datos de ciudadanos estadounidenses. Esta decisión obligó a empresas tecnológicas, como Google y Apple, a retirar la aplicación de sus tiendas digitales y generó incertidumbre entre los usuarios. Aunque TikTok siempre ha negado cualquier relación con el gobierno chino, la presión política y social hizo inevitable su salida momentánea.
A pesar de su regreso, TikTok enfrenta un panorama lleno de retos. La posibilidad de una venta parcial o la creación de un nuevo modelo de gestión sigue sobre la mesa. Mientras tanto, esta situación refleja cómo la política y la tecnología están cada vez más entrelazadas.