El encuentro, que pretendía fortalecer la colaboración entre ambos países, derivó en acusaciones mutuas y la cancelación de una conferencia de prensa conjunta.
El principal objetivo de la reunión era la firma de un acuerdo mediante el cual Ucrania cedería a empresas estadounidenses el acceso a la explotación de minerales, incluyendo tierras raras, petróleo y gas natural. Este pacto se consideraba un paso significativo hacia las negociaciones de paz en el conflicto entre Ucrania y Rusia. Sin embargo, las discrepancias entre los mandatarios impidieron la formalización del acuerdo.
Durante la conversación, Trump acusó a Zelenski de "jugar con la Tercera Guerra Mundial" y de no estar preparado para la paz. Estas declaraciones fueron respaldadas por el vicepresidente estadounidense, JD Vance, quien calificó al líder ucraniano de "irrespetuoso" y cuestionó su gratitud hacia el apoyo militar brindado por Estados Unidos. Trump enfatizó que, aunque busca la paz, no permitirá que la participación estadounidense sea utilizada como ventaja en las negociaciones. Por su parte, Zelenski defendió la importancia del apoyo continuo de Estados Unidos y rechazó cualquier compromiso que pudiera favorecer a Rusia.
La tensión escaló al punto de que Trump decidió cancelar la conferencia de prensa programada y, posteriormente, expresó en su red social Truth Social: "Es increíble lo que sale a la luz a través de la emoción. He determinado que el presidente Zelenski no está listo para la paz". Estas palabras reflejan la profunda brecha entre ambos líderes respecto a la estrategia para resolver el conflicto en Ucrania.
La falta de consenso no solo pone en riesgo el acuerdo económico sobre los recursos minerales, sino que también complica los esfuerzos diplomáticos para alcanzar una solución pacífica en la región. La comunidad internacional observa con preocupación cómo estas desavenencias pueden influir en la estabilidad global y en las relaciones entre las potencias occidentales y Rusia.
Tras el fallido encuentro, el primer ministro británico, Keir Starmer, ha convocado una reunión en Londres con líderes europeos para abordar la seguridad de Ucrania y explorar posibles vías para poner fin al conflicto. Mientras tanto, el futuro de la colaboración entre Estados Unidos y Ucrania permanece incierto, y las esperanzas de una resolución diplomática enfrentan nuevos desafíos