Zamora se prepara para el Miserere en una noche cargada de silencio y recogimiento

Más de doscientos hermanos, entre bajos, barítonos y tenores, se unen para entonar este cántico tan emblemático, compuesto por el Padre José María Alcacer en el año 1952
La Plaza de Viriato se prepara para el Miserere
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La Plaza de Viriato se prepara para recibir uno de los momentos más especiales de la Semana Santa zamorana: el Miserere. Como cada Jueves Santo, la Penitente Hermandad de Jesús Yacente de Zamora se congregará en este emblemático lugar para llevar a cabo una tradición que lleva décadas conmoviendo el alma de quienes la presencian.

Más de 200 hermanos, entre bajos, barítonos y tenores, se unen para entonar este cántico tan emblemático, compuesto por el Padre José María Alcacer en el año 1952. La atmósfera en la Plaza de Viriato se vuelve aún más solemne y mística cuando, bajo la suave luz de las velas, el coro comienza a entonar el Miserere. Miles de personas se congregan en torno a este momento, admirando la majestuosidad de la escena y dejándose llevar por la emotividad del cántico.

La única imagen que acompaña este acto es la de Cristo Muerto, una venerable talla del siglo XVII realizada por el imaginero Francisco Fermín. Bajo su mirada serena y serena, los hermanos del Yacente iluminan la plaza, creando una atmósfera única de recogimiento y devoción.

El Miserere del Jueves Santo es, sin duda, uno de los momentos más sublimes de la Semana Santa de Zamora, una experiencia que trasciende lo terrenal y eleva el espíritu hacia lo divino. Es un recordatorio conmovedor de la pasión y el sacrificio de Cristo, y una oportunidad para renovar la fe y la devoción en esta época tan especial del año.

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