La imagen del puesto de castañas en la Plaza de Castilla y León es habitual en la llegada del otoño, los vecinos que paseen por el centro de la ciudad ya pueden disfrutar de ese olor y ese cucurucho de castañas asadas que calientan manos en principio y estómagos después.
Una imagen tradicional durante el otoño que nos prepara para la llegada de la Navidad. Y una actividad que perdura a lo largo de los años con el objetivo de lo importante, que las castañas calientes perduren en el paseo hacia la Catedral y el casco viejo de la ciudad.
Y es que, la castaña protagoniza una de las fiesta más populares en los pueblos: el magosto. Un fruto que tiene una gran cantidad de minerales que fortalecen el cerebro y mejoran las funciones intelectuales del ser humano.
Lo importante es no perder una tradición, la de las castañas calientes en el paseo hacia la Catedral y el casco viejo de la Bien Cercada.
