El tradicional rastrillo de antigüedades de la plaza de Viriato mantiene su pulso este domingo 31 de agosto en Zamora. La céntrica explanada se convierte desde primera hora de la mañana en punto de encuentro para madrugadores, curiosos y coleccionistas que buscan dar una segunda vida a objetos con historia.
Decenas de puestos llenan la plaza con libros, discos y pequeños artículos de coleccionismo. La iniciativa, abierta a todo aquel que desee participar, gira en torno al intercambio y la compraventa de segunda mano. Sin necesidad de inscripción previa ni coste alguno, cualquier vecino puede exponer sus productos, proponer un trueque o cerrar una venta directa.
El ambiente, animado y variado, convierte Viriato en un escaparate improvisado de recuerdos y oportunidades. Desde libros difíciles de encontrar hasta herramientas antiguas o piezas de vajilla, el rastro reúne una oferta tan dispar como el perfil de quienes lo recorren.