Bares, comercios, tiendas de ropa y complementos y hasta establecimientos que viven del turismo que brilla por su ausencia y seguirá brillando si la cosa sigue como está.
En la esquina de la Plaza Mayor y haciendo también esquina con la antes bulliciosa calle de los Herreros, concretamente en la Calle Ramos Carrión nº23 ...otro local...otro establecimiento que...cierra. Sin turistas y sin nadie a quien vender sus productos y souvenirs o recuerdos de la Bien Cercada ya ninguneada y destrozada en su tejido empresarial y hostelero al que poco le queda para la puntilla, otro negocio de Zamora al que añadir a la lista de decesos empresariales.
Si, cierra como decenas de negocios y autónomos que no podrán pagar sus cuotas o aún esperan las ayudas prometidas por las administraciones, para subsistir. Un político sigue ganando ese sueldo que todos con los votos le ofrecemos, a veces hasta se suben el mismo incluso en momentos de penuria económica del país que vergüenza le tendría que dar como representante de los que se suponen son sus iguales, pero claro está que para nada ( esto no lo olviden cuando haya elecciones).
Las revueltas en estos días a cuenta de las condiciones de libertad y horarios de cierre de establecimientos llega también a Zamora pero aquí protestamos así cerrando en plan Plaza Mayor y dejando como un erial el comercio, la industria que brilla por su ausencia y el largo etcétera además de ser la provincia última hasta por los índices más insospechados.
Hoy, ayer y mañana serán días de cierre para empresas y autónomos, y no por la pandemia no lo olviden sino por la necedad de los que nos gobiernan que no saben por donde les vienen los tiros salvo a la hora de subirse los sueldos o de patalear para posturear frente a las cámaras y se vea quien la "tiene más grande"...la jeta claro está.
Un "requiem" por todos los empresarios, autónomos que van a cerrar estos meses y han cerrado ya proyectos en y con una ciudad que agoniza y está herida de muerte.
No es mostrar pesimismo sino la cruda realidad, no tenemos ni personal para cubrir el ámbito socio-sanitario, esto es la crónica de una muerte anunciada.