Tras una buena semana de entrenamientos y preparación el técnico de los 15 del Carnero tenía esperanzas fundadas en una lucha por el triunfo que se torno en un serio correctivo que infringió el equipo pucelano del Salvador a un Zamora Rugby Club que se desdibujó en la segunda mitad del encuentro.
Los vallisoletanos no eran ni más fuertes ni más rápidos en la Ciudad Deportiva que los 15 del Carnero, pero algo falló inexplicablemente en un Zamora Rugby Club que creía en la victoria. La primera mitad no fue acertada en placajes ni en salidas por los flancos y eso lastraba a los zamoranos dejando campo para salir con todo a los del Salvador que se hacían con el óvalo una y otra vez en jugadas de fallo en recepción y en lances de contención.
Tras el asueto y la arenga de Ángel Marcos que seguía creyendo en las aspiraciones de sus pupilos, el Salvador no dio tregua. Los zamoranos no tuvieron su noche, la línea de 22 se atragantaba y las incursiones de los pucelanos dejaba una vez más al equipo visitante con serias posibilidades de ensayo que convertían una y otra vez. Los zamoranos llegaban a las líneas de entrada pero no se culminaban los ataques, melés ganadas muchas, y metros y metros de conquista pero sin éxito final.
Los de Ángel Marcos sufrían también en alguna ocasión decisiones dudosas del colegiado pero este deporte de caballeros tiene su aquel. La moral se vino abajo tras un nuevo ensayo de los vallisoletanos y los 15 del Carnero se sumieron en la desesperación aunque no en la desidia. Ayer no fue el día, increible pero cierto, el Salvador no siendo superior ni en empuje, ni en técnica, y quizá tampoco en poderío físico, se llevó un encuentro en el que la quizá falta de confianza en uno mismo fue la clave.
Los 15 del Carnero prosiguen su andadura con el apoyo de una afición incondicional que arenga desde la grada y que entiende que no siempre salen las cosas como se quiere. Ayer el Zamora Rugby Club mereció al menos dos o tres ensayos que parecían ganados, pero no pudo ser, esto es rugby y no siempre justo. Aún queda mucho que hacer y que remar, mucho que mejorar pero en el esfuerzo y en el trabajo está la recompensa.