Por eso esta temporada es fundamental mantenerse en la pugna por la primera plaza, que garantiza el ascenso automático. De momento no pinta nada mal y tan solo el Pontevedra y el Orense mantienen el ritmo en lo más alto, siempre a una distancia de un partido. Nuestra gran ventaja esta temporada es la solidez defensiva que nos ha convertido en el equipo que menos goles encaja en el Grupo I, pero los registros anotadores aún no están a la altura de los del Pontevedra, toda una apisonadora de cara al gol.
La Copa del Rey demuestra que hay nivel
La Copa del Rey nos ofrece muchísimos momentos mágicos, sobre todo a los equipos en categorías inferiores.
Con tantas sorpresas cada temporada, no es de extrañar que se le suela llamar “el torneo del caos” y aquí en Zamora ha levantado tantas pasiones esta temporada como lo hace entre los aficionados de las
de las apuestas de fútbol debido a su impredecibilidad y suculentas cuotas para las grandes sorpresas del torneo. La posibilidad de enfrentarse a rivales de categorías superiores es una verdadera prueba de fuego y una inyección de moral de cara al resto de la temporada.
No tuvimos que esperar y la primera ronda nos emparejó directamente con un "segunda", el Racing de Santander. Luismi Luengo adelantó a los nuestros al borde del descanso y el 1-0 se mantuvo en el marcador hasta pasado el minuto 90 de partido, momento en el que Andrés Martín marcó para que el encuentro se alargara y llegara a la prórroga. Fue un golpe muy duro, pero no tanto como el penalti anotado por Peque Fernández en el 108, que dejaba el pase en manos de la épica. Y así fue, ya que Carlos Ramos igualó el partido in extremis para que se decidiera en la tanda de penaltis para los nuestros (6-5).
La segunda ronda nos enfrentó a un “primera”, un Villarreal plagado de estrellas internacionales y dirigido por uno de los técnicos más codiciados del país. Asier nos hizo soñar en el minuto 49 poniendo el 1-0 en el marcador y el equipo demostró su gran potencial y fortaleza durante todo el encuentro. Y vaya si estuvimos cerca, ya que no fue hasta el 88 cuando Morales igualó para forzar una prórroga en la que anotó su doblete, acabar pidiendo la hora y dejarnos con la miel en los labios una vez más. Aún así, el mensaje que nos ha dejado la Copa del Rey esta temporada no puede ser más claro, ¡hay nivel! Si no bajamos el ritmo en liga, seguimos siendo un fortín defensivo y trabajamos de cara al gol, tenemos el ansiado ascenso al alcance.