SATSE: “Sin enfermeras no hay cuidados de calidad en las residencias de Castilla y León”

El Sindicato de Enfermería se ha reunido hoy con la Gerencia de Servicios Sociales y la Dirección General de Función Pública para abordar la problemática de las enfermeras y fisioterapeutas laborales que trabajan en los centros dependientes de la Administración General de la Junta

Protesta enfermeras en residencias convocada por SATSE. Foto de archivo
photo_camera Protesta enfermeras en residencias convocada por SATSE

El Sindicato de Enfermería SATSE ha mantenido una reunión hoy con la Gerencia de Servicios Sociales (GSS) y la Dirección General de Función Pública de la Junta de Castilla y León en la que ha expuesto al Gobierno autonómico toda la problemática que afecta a las enfermeras y fisioterapeutas laborales que trabajan en la Junta de Castilla y León, dentro de las acciones y movilizaciones que está llevando a cabo para reivindicar mejoras laborales y profesionales para ellas.

Durante el encuentro, la Administración autonómica ha confirmado a SATSE que ha trasladado las propuestas de mejora del convenio colectivo efectuadas por el Sindicato de Enfermería a la Mesa negociadora de dicho convenio y que su intención es intentar conseguir el mejor convenio posible.

SATSE Castilla y León critica que estas enfermeras no cuentan con unas retribuciones acordes a sus competencias profesionales, a su responsabilidad y al trabajo que realizan, además de impedirles acceder a la carrera profesional para su promoción, cosa que no ocurre en el resto de comunidades autónomas.

Además, la bolsa de empleo de la categoría de enfermera está agotada y no hay candidatos para cubrir las sustituciones de enfermeras en los centros dependientes de Servicios Sociales, en los que las condiciones laborales son muy malas y donde trabajan más días al año que en Sacyl al no tener la jornada ponderada en función de las noches trabajadas como el resto de empleados públicos.

SATSE critica también que los complementos sean lineales, para todos los empleados de las residencias e independientemente de su categoría profesional, y que, perteneciendo a la administración pública de Castilla y León, el tiempo trabajado de una enfermera en una residencia pública puntúe la mitad para la bolsa de Sacyl. Y más sangrante aún es que no valoren la experiencia en el Servicio de Salud como mérito en la malograda bolsa de empleo de Servicios Sociales (aunque en otras comunidades autónomas las enfermeras reciban igual puntuación por trabajar en el Servicio de Salud que en centros de Servicios Sociales).

Desde el sindicato precisan que el convenio al que se acoge este personal laboral está absolutamente obsoleto en cuanto a funciones y retribuciones. En este momento se está negociando un nuevo convenio y SATSE Castilla y León ha remitido por escrito sus propuestas de mejora tanto a la Dirección General de Función Pública como a la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades para que sean tenidas en consideración.

SATSE Castilla y León también ha trasladado a la GSS y a la Función Pública las alegaciones que han realizado al anteproyecto de la nueva Ley de atención residencial que prepara la Junta de Castilla y León y que SATSE rechaza porque tiene como objetivo encubierto favorecer los intereses de las empresas privadas que dirigen residencias al eliminar la obligatoriedad de que los centros gestionados por ellas cuenten con profesionales sanitarios.

SATSE insiste: “Sin enfermeras no hay cuidados de calidad”, y añade que Castilla y León es el territorio más envejecido de Europa y el que tiene más octogenarios y nonagenarios; el 25% de su población supera los 65 años y el 9,5%, los 80 años. Además, las personas que viven en una residencia tienen reconocido un grado de dependencia II-III, un grado elevado, y ahora mismo, hay residencias en que una sola enfermera tiene que atender a más de 200 residentes con varias dolencias crónicas, pluripatologías, etc.

Asimismo, si se eliminan enfermeras de estos centros, se elevará la carga de trabajo que recae sobre el Sistema de Salud regional, ya muy maltratado tras un año de pandemia.

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