En un paso firme hacia la sostenibilidad y la transición energética, la Junta de Castilla y León y Repsol han unido fuerzas para lanzar una ambiciosa campaña de recogida y reciclaje de aceite de cocina doméstico usado. A partir de hoy, cerca de 125 estaciones de servicio de la compañía energética en toda la Comunidad estarán habilitadas como puntos de entrega de este residuo altamente contaminante, que será reconvertido en combustibles renovables.
Este protocolo de colaboración responde al compromiso conjunto con la descarbonización y la economía circular. “Queremos transformar un problema ambiental en una oportunidad energética y económica”, señalaron fuentes de la Consejería de Medio Ambiente durante la presentación del proyecto.
Según el acuerdo, los ciudadanos podrán entregar su aceite usado al personal de las gasolineras, que gestionará su posterior tratamiento logístico y técnico —filtrado, decantado y reciclaje— a través de un gestor autorizado de la Comunidad. Como incentivo, Repsol retribuirá con 0,30 euros por litro a quienes colaboren con la entrega del residuo.
El aceite será procesado en plantas especializadas para su conversión en biocombustibles avanzados, capaces de reducir las emisiones de CO₂ hasta en un 90 % respecto a los combustibles fósiles. Se calcula que cada kilo de aceite usado puede generar hasta 0,92 kilos de biodiésel.
La campaña se apoya en el Plan Integral de Residuos de Castilla y León (PIRCyL) y en la Estrategia de Economía Circular 2021-2030, y cumple con las exigencias de la Ley 7/2022, que obliga a la recogida separada de aceites domésticos a partir de diciembre de 2024.
Además, la Consejería de Medio Ambiente colaborará activamente en la difusión de la campaña entre administraciones locales y ciudadanos, complementando los sistemas actuales de recogida como los contenedores urbanos o el servicio puerta a puerta para grandes productores.
Desde que en 2010 se implementaran los primeros puntos de recogida con 340 contenedores específicos, el sistema ha evolucionado hasta alcanzar más de 5 millones de kilos reciclados en 2022, frente a los 55.000 recogidos en los seis primeros meses de actividad. Sin embargo, aún queda camino por recorrer: se estima que en Castilla y León el 70 % del aceite usado doméstico sigue vertiéndose por el desagüe, aunque es una mejora notable frente al 95 % del promedio nacional.
Actualmente, la Comunidad cuenta con 32 instalaciones autorizadas para el tratamiento de este residuo, de las cuales casi la mitad están gestionadas por empresas de economía social. La colaboración público-privada, recalcan desde la Junta y Repsol, es fundamental para construir una economía más verde, eficiente y solidaria.