“Estamos parados mientras Zamora arde”: brigadistas denuncian desorganización y falta de coordinación en el operativo

Mañueco y Quiñones piden más medios, al estado, pero sus brigadas les acusan de no tener plan de trabajo y estar parados en las bases.
La Brigada
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Mientras el incendio de Porto sigue devorando hectáreas en el corazón de Sanabria, la indignación se extiende entre brigadistas de la Junta de Castilla y León que permanecen en sus bases, a la espera de órdenes que nunca llegan.

En un momento en que el fuego amenaza a localidades enteras, trabajadores del operativo denuncian una grave desorganización interna y la ausencia de coordinación interprovincial, lo que se traduce en retrasos, carencias y en una sensación generalizada de impotencia.

“Estamos preparados para salir, equipados, listos para relevar a compañeros que llevan turnos agotadores, y aquí seguimos, sentados, esperando que alguien dé la orden”, confiesa un brigadista de una de las cuadrillas “Romeo”. La frustración es compartida en las bases de los “Charlie”, donde aseguran que el ambiente es de cabreo y rabia contenida: “Queremos trabajar, para eso estamos. Pero la falta de organización nos frena. Se pide más ayuda sobre el terreno y aquí nos tienen parados”.

“No pedimos palmas, pedimos organización”

Los testimonios recabados por Zamora News ponen de relieve una sensación de abandono institucional. “Hay jefes como Roberto o Guti que saben organizar un operativo y que se preocupan de que los relevos estén coordinados, pero hay otros… mejor ni nombrarlos. No tienen ni idea de este oficio. Y mientras tanto, el monte se quema”, señalan con amargura.

A la falta de órdenes se suma la precariedad: salarios en torno a los 1.300 euros, medios de comunicación obsoletos que dejan incomunicados a los equipos cuando se queman torres de repetición, y viandas “que no cubren ni la mínima dignidad de quienes se juegan la vida”.

“Hace unos días, en Sanabria, unos compañeros casi pierden la vida cuando un golpe de viento cambió el fuego de dirección y se quedaron sin contacto porque ardió una torre de comunicaciones. No pedimos aplausos, pedimos medios, coordinación y respeto”, insiste otro brigadista.

Falta de coordinación interprovincial

A esta situación se suma otra denuncia grave: la falta de un plan de contingencia a nivel autonómico. Brigadas de otras provincias —Soria, Segovia, Ávila y Valladolid— han hecho saber que estaban dispuestas a desplazarse a Zamora para reforzar el operativo. Sin embargo, trabajadores del INFOCAL aseguran que no existe una coordinación provincial que gestione estos refuerzos: “Hay equipos que se ofrecen y quieren venir, pero parece que no hay manera de activar ese intercambio. Y eso, en un incendio de estas dimensiones, es un error imperdonable”.

Los propios brigadistas subrayan que este vacío de organización genera un doble daño: fatiga extrema en quienes ya están sobre el terreno y frustración en los que permanecen parados en las bases. “Esto no puede volver a pasar. Castilla y León entera debería estar unida en la defensa de sus montes. Y lo que tenemos ahora mismo es un operativo a medias, con piezas sueltas y sin coordinación real”, lamentan.

El valor de la vigilancia

También los vigías de las torretas, cuya desaparición planea la Junta en favor de sistemas automáticos de cámaras, han alzado la voz. Denuncian condiciones precarias y falta de reconocimiento, y advierten: “Ninguna cámara va a ver lo que ve un ojo humano, sobre todo cuando falla la conexión. Lo hemos demostrado mil veces. Si nos quitan, el monte estará más indefenso”.


El sentir de quienes forman parte de este operativo es unánime: dignidad, medios y coordinación real. No piden homenajes ni palmaditas en la espalda. Piden organización y respeto en un oficio duro, peligroso y esencial para que la provincia de Zamora —y toda Castilla y León— no acaben siendo un erial consumido por las llamas.

Entre tanto se piden medios se declaran zonas catastróficas cuando este tipo de profesionales tienen que tapar sus caras para defender sus derechos ya que luego ni les contratan ni les vuelven a meter en rotaciones de equipos, la eventualidad es manifiesta y las declaraciones de la emeroteca del señor Quiñones dejan al descubierto que la politica de la JCYL no es eficaz en el apartado medio ambiente, Zamora se ha vuel a abrasar en un verano que era previsible que se alertó como ocurrió en 2022 pero la lección no se ha aprendido por muy excepcional que haya sido el problema atmosférico. Los medios el lunes eran los suficientes el miércoles ya no y la petición de NIVEL 3 hubiera sido una salvación que nadie puso de manifiesto, ninguna comunidad Autónoma pidió ayuda en esos términos solo hicieron que pedir medios y medios que España gestionó hasta que ya no tuvo más y tuvo que pedir a EUROPA. 

 

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