"Tras casi un año de conflicto entre la Gerencia de Emergencias y una parte de los trabajadores, algunas zonas de la comunidad se enfrentan a condiciones extremas que ponen en riesgo la calidad de la atención extrahospitalaria."
Recientes informaciones y denuncias recibidas por CCOO apuntan a la existencia de Unidades Móviles de Emergencia (UME) operando sin médicos, y en otros casos, empleando médicos sin especialización adecuada. Esta situación no solo compromete la calidad de la atención, sino que también sobrecarga a los profesionales que continúan prestando servicio en condiciones cada vez más difíciles.
Tras múltiples reuniones con la Asociación de Sanitarios de Emergencias de Castilla y León (ASECYL) y la Gerencia de Emergencias Sanitarias, CCOO ha constatado la incapacidad de ambas partes para llegar a un acuerdo que alivie la situación. La falta de consenso, unida al déficit sostenido de profesionales, está llevando la situación al límite, según el sindicato.
CCOO ha intentado en repetidas ocasiones contactar con la Gerencia de Emergencias Sanitarias para obtener explicaciones sobre la situación, pero sin éxito. La organización sindical subraya la importancia de contar con personal suficiente para la atención de emergencias extrahospitalarias, dada su trascendencia para la población.
“Es urgente que la Gerencia Regional de Salud abandone el inmovilismo en el que se encuentra y negocie las condiciones laborales y retributivas de estos profesionales con sus representantes legales,” afirmó un portavoz de CCOO.
El sindicato insta a la Gerencia Regional de Salud a convocar una mesa sectorial donde los sindicatos, como legítimos representantes de los trabajadores, puedan negociar unas condiciones laborales y retributivas acordes a las circunstancias especiales de estos profesionales. Esta demanda responde a la necesidad de poner fin a los agravios comparativos respecto a otras comunidades, como ya se manifestó en el último Consejo Castellano y Leonés de Salud celebrado en noviembre pasado.
CCOO destaca que las reivindicaciones de los profesionales de emergencias son legítimas y urgentes, y que su satisfacción es crucial para garantizar una atención sanitaria de calidad y evitar la sobrecarga y el desánimo de los trabajadores.