El CB Zamora se mide este fin de semana a un reto exigente en la pista del Real Valladolid, un equipo que, pese a su posición comprometida en la clasificación, se está mostrando intratable como local. El conjunto castellano ha doblegado recientemente a rivales como Palencia o Alicante, dos bloques asentados en la zona media-alta de la tabla, y ha elevado su rendimiento en casa hasta convertirse en uno de los conjuntos más incómodos del grupo.
Desde el vestuario zamorano no se pasa por alto la dificultad del encuentro, ante un rival directo que está aprovechando la segunda vuelta para reinventarse. La escuadra vallisoletana, con un perfil claramente ofensivo, destaca por su capacidad para enlazar parciales explosivos que pueden romper cualquier partido. En más de una ocasión han alcanzado registros cercanos a los 40 puntos en un solo cuarto, dejando sin margen de reacción a sus oponentes.
Para los de Saulo Hernández, la consigna es clara: máxima concentración durante los 40 minutos. El técnico confía en la solidez defensiva de su equipo y en el peso específico de su juego interior, donde los hombres grandes del CB Zamora pueden marcar diferencias, especialmente en situaciones de rebote y bloqueos continuados. “Ellos van a tener momentos muy buenos, empujados por su público. Nuestro trabajo es minimizar ese daño y construir desde nuestra defensa”, apuntó el preparador zamorano en la previa.
La visita a Valladolid se presenta como una oportunidad para consolidar sensaciones, seguir sumando en la clasificación y tomar aire frente a un adversario directo en la pelea por la permanencia.